Durante la mañanera del pasado lunes se dio a conocer el nombramiento de la nueva persona titular de la Secretaría de Gobernación, siendo la hasta entonces secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, la designada para ocupar la cartera más poderosa y, posiblemente, complicada de cualquier gobierno, no digamos del actual rebosante de polarización, conflictos y cortinas de humo.

Por supuesto que este anuncio generó grandes olas a lo largo y ancho de los ambientes político, periodístico y de análisis. Algunos aplaudían y coreaban porras en favor de la nueva encargada de la política interna del país, otros señalaban y descalificaban vehementemente. Muchos más, la mayoría, dudamos.

Pese a toda esta polémica, se debe señalar que Alcalde posee todos los atributos que exige la ley para acceder al puesto de secretaría: edad, nacionalidad y expediente limpio, eso es algo que nadie puede cuestionarse.

Muchos han caído en la tentación de escribir sobre su edad, experiencia, credenciales y la posibilidad de que la secretaria Alcalde sea una nepo baby, al transcurrir las horas me han surgido dudas específicas que tienen que ver más con el estilo de gobernar del presidente López Obrador del jefe del palacio de Bucareli en este sexenio, de algún escenario que probablemente  enfrente durante su gestión y de la forma en que el llamado gobierno de la transformación ha tratado a uno de sus funcionarios más fieles.

Estómago

Sin duda, ser la mano derecha de un  gobernante que acusa a los niños con cáncer y sus familias de golpistas; niega las masacres y el número de asesinatos durante gestión; sostiene una evidente plagiaria en la Suprema Corte; oculta los incrementos exorbitantes en los presupuestos de los “proyectos emblemáticos” sin ninguna explicación y negando que haya corrupción en los mismos y  que impulsa una nueva mafia en el poder ejerciendo las más rancias costumbres priistas, al punto que es difícil de diferenciar a la corrupción del pasado excepto por su soberbia y ostentación pública, debe exigir un estómago sumamente resistente.

Los anteriores titulares de SEGOB del actual gobierno (un viejo aliado y una exministra curtida en las fuertes discusiones del alto tribunal), eran personas que tenían esa clase de órgano digestivo, sin duda. La nueva secretaria deberá vérselas con la necesidad de no hacer el feo a cinco años de acciones que revuelven el estómago.

Deberá dar continuación al desmantelamiento de las policías locales y municipales en favor de un nuevo cuerpo militar, hasta el ocultamiento de muertes reales durante la pandemia, pasando por el daño al tejido social que se ha fomentado con una política de tolerancia a la DO (nacional e internacional), disfrazada de abrazos conciliadores.

Y en tiempos electorales deberá tragarse el hecho de ser cómplice, si no decide rebelarse con ese carácter justiciero que sus fans le otorgan, a la elección de estado que se está fraguando de forma cada vez más clara, desde las precampañas ilegales de las corcholatas. Y más que cómplice, organizadora y operadora de esta, por el puesto que ha aceptado.

Lealtad

Nuevamente surge la duda: ¿una mujer joven e idealista será capaz de mantener la lealtad necesaria que el actual Presidente exige?

No se trata solo de mantener la lealtad en sus funciones, hacer negociaciones, establecer vínculos y apoyar a otras dependencias en temas tan importantes y torales como seguridad nacional, pública e interior; salud en pos-pandemia; respeto al estado de derecho por parte de los políticos y manejo de las relaciones con los medios de información y poderes fácticos de este país, legales e ilegales. La lealtad que se exige actualmente es meta legal y altamente autoritaria.

Como ejemplo de esto cabe recordar cuando la exministra Sánchez Cordero fue puesta en evidencia en redes sociales durante el intento de Jaime Bonilla de extender de forma inconstitucional e ilegal su mandato. Aquel video en el que ambos se encontraban entre risas y abrazos, mientras la crisis de constitucionalidad y electoral se encontraba en uno de sus momentos álgidos habla del tipo de lealtad pedida y exigida.

Del ahora precandidato ilegal, Adán Augusto, hay muchos botones de muestra del tipo de gestiones que se le demandan a un titular de Segob en estos días. Las visitas constantes para presionar el bloque opositor al legislativo con instrucciones precisas que rompían todo vestigio de independencia de poderes; las declaraciones fuera de lugar y con autoritarismo como “destripen al INE” y “no habrá comisionados del INAI” son dos de ellos, en los que el ahora ex titular de Segob muestra que se alinea con lealtad a la opacidad presidencial y el ataque a las instituciones autónomas del Estado mexicano.

¿Luisa María Alcalde que, de acuerdo con sus partidarios en redes sociales, buscó la transparencia, democratización y mejora de los trabajadores y la vida sindical podrá ser tan leal, al punto de convertirse con alegría en una operadora de lo peor de la política en lo oscurito y ariete contra las instituciones constitucionales?

Relegados

Finalmente, la cuestión más espinosa que podría enfrentar la joven secretaria de gobernación es el tema Encinas y las razones por las que se le relegó de un puesto que, el viernes 16 parecía hecho a la medida del subsecretario de Derechos Humanos: la relación con las fuerzas armadas, en específico, con el ejército.

Tras el anuncio de que Encinas sería el encargado del despacho vino el destape veloz de Alcalde. A muchos les pareció extraño que uno de los más antiguos y fieles colaboradores del presidente, al que le dejó la jefatura de gobierno de la capital en 2006, ni más ni menos, por una persona que en el papel parece mucho menos apta y experimentada.

No olvidemos que, como subsecretario, Encinas señaló al menos a 15 mandos castrenses por el caso Ayotzinapa, un “exceso” de celo que muchos afirman que le costó a la titularidad en Bucareli. Toral será este tema para la gestión de la nueva secretaria.

Dudas y más dudas

¿Alcalde podrá manejar estos temas y otros igualmente espinosos a pesar de su falta de experiencia?, ¿será que fue elegida por ser el mal menor en la relación entre Palacio nacional y los galones y estrellas?, ¿qué tan operativa será la Segob en este último año?

Finalmente llega la mayor pregunta, que se debe desarrollar a fondo en el futuro: ¿la nueva secretaria de gobernación se encuentra preparada en todo aspecto para ser presidenta de la república si AMLO se encontrara imposibilitado o ausente de forma permanente?

En las próximas semanas podremos responder a todas estas preguntas.

#PequeñoRecordatorio

Sigue la mata dando, el desmembramiento del PRI en Hidalgo es la perfecta oportunidad para sacar de una vez por todas a Alito, o, en su defecto, sacar al PRI de la alianza opositora y negociar con los naranjas. Pero Marko, que parece su gemelo en muchas cosas, no se entera.

#InterpretePolitico

@HigueraB

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