La frase “Es la economía estúpido” se popularizó en el ambiente político estadounidense y luego se extendió mundialmente a partir del empleo que tuvo en la campaña de Bill Clinton a la presidencia en 1992 y ha sobrevivido en el argot político por resaltar la importancia de la economía como factor determinante de las decisiones electorales. Por eso, pese al talante de crispación política en algunos sectores, es útil hacer un frío recuento de los resultados que en ese campo presenta la administración de López Obrador.
- Buen ambiente para la inversión. Pese a algunos problemas internos como las presiones migratorias y la amenaza de la criminalidad, seguimos recibiendo importantes flujos de inversión extranjera directa y los grandes capitales mexicanos mantienen una buena relación con el gobierno.
- Incremento del crecimiento económico. Después de la pandemia, en los dos últimos años se ha observado un constante aumento del crecimiento que concluye 2023 por arriba del 3 %.
- Mayor eficacia de la recaudación. Más que la elevación de tasas se optó por incrementar la capacidad de recaudación. Se han cerrado fugas actuado con mayor exigencia frente a las grandes empresas que disfrutaban de un tratamiento privilegiado.
- Prudente manejo de las finanzas públicas. El resultado objetivo en este rubro se refleja en el nivel de las reservas internacionales y en la fortaleza de nuestra moneda. Aun tomando en cuenta los riesgos de un déficit el año próximo, hay margen de maniobra frente a un moderado aumento de la deuda.
- Ajustes razonables a los excesos neoliberales. El Outsorcing se ha controlado, se limitaron las comisiones a las Afores, se recuperó el control del sector eléctrico y se han revertido algunas inversiones público-privadas que constituyen un verdadero saqueo a largo plazo. Esto en un clima de necesaria mesura para no disparar los temores del capital.
- Manejo sensato de la relación con EE. UU. Con los vecinos se ha llevado la fiesta en paz pese a algunas fuertes presiones. La relación económica se ha mantenido con fluidez y se han encauzado debidamente los aspectos conflictivos. El aumento de las remesas no es fruto de acciones de nuestro gobierno, pero sí pudo afectarse por errores en esta delicada relación.
- Incremento del poder adquisitivo. El salario se ha elevado considerablemente en un ambiente de cooperación con el sector empresarial.
- Reducción de la desigualdad. Las cifras que muestran una disminución de la pobreza han colaborado a la atención del problema estructural más serio provocado por las políticas neoliberales en el mundo: la desigualdad.
- Importante nivel de consumo. Pese a las quejas de la clase media, esta se encuentra en un estado de bonanza, como puede apreciarse en la afluencia multitudinaria a los centros comerciales y a los restaurantes, así como en la demanda de viajes.
Hay pues una elevada conformidad con la gestión económica que permite prever el mantenimiento de la confianza electoral. Se ha comprobado que una política de izquierda no tiene por qué chocar de frente con los grandes intereses económicos, ni incurrir en errores como los padecidos en otros países. El caso argentino es emblemático. El grave deterioro económico generó la desesperación extrema del electorado que incurrió en la locura de elegir a Milei.
Magistrado en Retiro y Constitucionalista.
@DEduardoAndrade
