Diseñada para “proporcionar seguridad, orden, fluidez y eficacia al tránsito aéreo dentro del espacio aéreo mexicano”, según una descripción de la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la actual red satelital VSAT-II TDMA adolece de problemas propios de los 15 años que tienen los equipos dando servicio, donde la principal complicación es la obsolescencia tanto de la infraestructura física como de los programas de cómputo con que fueron dotados y que ahora se encuentran ya rebasados por las demandas del software de nueva generación de aviones.

La falta de refacciones ha afectado especialmente a la red de estaciones terrenas, cuya principal repercusión es una baja en la calidad de la intercomunicación entre aeropuertos y aeronaves en vuelo, que desde hace tiempo se está caracterizando por interferencias que hacen prácticamente ininteligible el intercambio de instrucciones, así como la solicitud o expedición de autorizaciones o para la transferencia de informes o reportes de situación.

Debido a lo anterior, la aeronavegación comercial y privada están en grave riesgo, pues de la red dependen para su operación la totalidad de los 76 aeropuertos (nacionales, internacionales y regionales), así como 1,463 aeropistas y 528 helipuertos que hay en territorio mexicano.

Hay que considerar que se ven afectadas no sólo las 352 aeronaves con las que cuentan las líneas aéreas nacionales sino también una importante cantidad de aviones internacionales que ingresan a nuestro espacio aéreo para brindar servicio trayendo tanto turistas de todo el mundo a visitar nuestro país, como llevando mexicanos a otras partes del planeta en viajes de placer, de negocios o por cuestiones médicas, laborales o familiares.

Toda vez que lo que se mueve sobre aviones son personas, pero también cargas importantes con insumos para los distintos sectores de la industria mexicana, mercancías de la más diversa índole y alimentos frescos como procesados, amén de que en caso de un accidente también se puede ver afectada gente e instalaciones en tierra, es más que urgente atender las fallas detectadas en la red satelital para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas. Si bien la SCT ha anunciado un programa de modernización en sus 36 estaciones terrenas, a las que planea dotar de sistemas de última generación de comunicaciones vía satélite, la inversión propuesta se antoja todavía insuficiente para la magnitud e importancia de la red aeronáutica a la que pretende brindar cobertura. En cuestiones de aviación no hay austeridad que valga, la máxima prioridad debe ser no escatimar recursos.

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