Los países del mundo están apostando a vacunar al mayor número de personas en el menor tiempo posible para tratar de contener los perniciosos efectos que la pandemia ha dejado en la actividad económica. Se trata de una carrera en la cual el lento acceso a los biológicos es el principal obstáculo, por lo que la estrategia a seguir para aplicar las dosis que lleguen es esencial para combatir la expansión del coronavirus.

En México se decidió que los primeros en vacunar —luego del personal médico— serían los adultos mayores de las poblaciones más marginadas del país, aunque con el compromiso del gobierno federal de continuar con ciudades de pequeño y mediano tamaño hasta llegar a áreas metropolitanas.

Durante enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo la promesa de que los adultos mayores estarían vacunados al finalizar marzo. Ante los retrasos, en febrero tuvo que modificar su promesa y trasladó para finales de abril el compromiso de inmunizar a la totalidad de los 14.4 millones de personas mayores de 60 años.

Hoy el país encuentra a la mitad del último plazo fijado y los datos son desalentadores.

Ni el personal de salud que está en primera línea combatiendo los casos de Covid ha podido ser inmunizado en su totalidad, a pesar de que el objetivo fue terminar la aplicación de dosis para este grupo el último día de febrero. De un millón 100 mil profesionales de la salud, a la fecha se han inmunizado solo 828 mil 769 trabajadores.

Cumplir con la fecha ofrecida para vacunar a los adultos mayores se percibe muy complicado. Hasta ahora se ha vacunado apenas a 20% de los mayores de 60 años.

Se entiende el difícil acceso a las vacunas por los intereses políticos y económicos que enfrentan las farmacéuticas, lo cuestionable son las falsas esperanzas que se lanzan desde el discurso oficial para ser anuladas días o semanas después ante una realidad que se impone, así como la decisión de iniciar la vacunación en zonas que no han sido muy golpeadas por el Covid.

Al optimismo poco fundamentado se suma el discurso del secretario de Hacienda pronunciado hace solo tres días cuando dijo que para mayo —en dos meses— se espera la aplicación de 80 millones de dosis de la vacuna contra Covid-19. Hasta este domingo se han aplicado 4 millones 339 mil 926 dosis.

Si no se suman más sectores a las jornadas de vacunación, luce poco probable que se alcancen las metas fijadas por el gobierno federal y por lo tanto se retrase la recuperación económica.

Nada se gana con lanzar promesas que suenan imposibles de cumplir. En este momento se agradecería más escuchar proyecciones prudentes que oír falsos triunfalismos.

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