El regreso a las clases presenciales, anunciado en la Ciudad de México a partir del próximo 7 de junio, es el parteaguas que ha estado esperando la sociedad y que marcará ya la vuelta a una nueva normalidad en México, aun cuando el riesgo sanitario no ha sido conjurado del todo y se han levantado voces de advertencia por la premura que se está dando al respecto.

Y es que, ¿están listas las escuelas —en especial las públicas— para el retorno? Antes de la pandemia ya había rezagos, instalaciones deterioradas e insuficientes, sin equipamiento muchas de ellas, falta de materiales didácticos y en algunas incluso falta de agua, sin mencionar la carencia de personal docente en zonas marginadas. Son problemas todos los cuales deberían estar subsanados para el retorno.

Hay que recordar también que durante el cese de actividades muchos planteles fueron vandalizados o saqueados, además de que algunos no han recibido en todos estos meses un mínimo de mantenimiento.

Si bien el regreso será parcial, con la mitad de los grupos un día y la otra mitad al otro día, y se dará a cada escuela la opción de elegir si optan por el retorno a lo presencial o por continuar a distancia, la vuelta a clases constituye el tan anhelado paso hacia la restitución de la normalidad o por lo menos lo más parecido y cercano a ella.

Para garantizar la seguridad sanitaria tanto de alumnos como profesores, además de la vacunación de estos últimos, todos deberán seguir portado equipo de protección (cubrebocas y caretas), así como hacer uso intensivo de medidas de higiene, mantener la sana distancia y maximizar el uso de los espacios abiertos, además de suspensión de actividades en cuanto se detecte un caso activo de contagio.

Se va cumpliendo también con un plan de vacunación a maestros y personal escolar, que incluye hasta personal de intendencia, vigilancia y administrativo de las escuelas, tanto públicas como privadas, lo que contrasta con la negativa que se dio en su momento a la mayor parte de los trabajadores de la salud, a quienes se les argumentó que la vacuna solo era para los médicos que atendían a pacientes Covid.

No obstante, especialistas en educación coinciden en señalar que la medida del retorno a las aulas, aunque optativa para las escuelas, parece demasiado apresurada y debió haberse consultado primero con el magisterio, organizaciones de padres de familia y los representantes de las instituciones para definir primero las necesidades de planteles, maestros, estudiantes y autoridades.

Ojalá que el gobierno reflexione y se siente con el sector educativo para analizar la situación real y afinar detalles antes de emprender una acción así con tanta premura.