Apenas un 0.4% de crecimiento tuvo nuestro país al arranque de este año con respecto al comienzo del anterior, según el análisis más reciente sobre Producto Interno Bruto (PIB) nacional dado a conocer por el Inegi, correspondiente a los meses de enero a marzo de 2021.

Según el estudio, esa cifra de tan escaso crecimiento contrasta llamativamente con la de 3.3% de incremento que pudo registrarse en el trimestre inmediato anterior, es decir, octubre a diciembre de 2020, y que pudo alcanzarse en parte por un exceso de confianza entre la población que por esas fechas le hizo retomar gran parte de sus actividades, especialmente tratándose de la temporada navideña.

Sin embargo, esa confianza excesiva se tradujo al comenzar 2021 en la aparición de una segunda ola de contagios de Covid-19, cuyo impacto en la economía mexicana se recrudeció por otras dos circunstancias para las que nuestro país tampoco estaba prevenido: apagones eléctricos por fallas masivas en la red nacional y la falta de gas natural en febrero, inducida por una serie de nevadas y heladas en el sur de Estados Unidos, como no se habían registrado en muchos años. Este fenómeno climatológico hizo que se congelaran las tuberías de distribución de gas natural en EU y que son las que surten a buena parte de la región norte de México.

Es innegable que hay cosas en las que sí hay responsabilidad directa del gobierno en la forma en que se precipitaron las cosas. Una de ellas fueron los apagones, por las reducciones en el presupuesto para mantenimiento, mientras que parte del impacto de la pandemia se debe al mal manejo sanitario que se hizo de ella, mientras que el desabasto de gas sí se debió a un fenómeno meteorológico inesperado.

Entre factores que no se pueden controlar y aquellos otros que sí, la economía es uno de los campos más vulnerables a la acción de los imprevistos y al efecto de las no planeaciones.

Es casi un hecho que resultará inalcanzable la meta de crecimiento estimada para el país de entre el 5 y el 6% con el ritmo actual de actividad económica.

Son pronósticos que comenzaron muy optimistas pero que se tendrán que ir ajustando a la baja pues, como se ha podido corroborar, los imprevistos siempre están a la vuelta de la esquina esperando hacer su aparición, y uno de ellos parece que será la sequía que está golpeando a la región centro de México, y que se reflejará en escasez y encarecimiento de diversos productos agrícolas durante el segundo trimestre del año y quizá parte del tercero.

No obstante, el desalentador panorama, la esperanza no debe abandonarse y ante adversidades e imprevistos hay que redoblar esfuerzos, para minimizar al máximo los impactos.

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