El año 2021 comienza con enormes desafíos en amplios frentes. En primer lugar el de evitar más muertes por Covid 19, pero no puede olvidarse la serie de problemas colaterales que la pandemia ha dejado a su paso.
Una de las afectaciones más graves ha sido la pérdida de cientos de miles de empleos formales, lo que significa que igual número de personas ha dejado de realizar aportaciones para recibir una pensión al final de su vida laboral, que esa misma cantidad de personas dejó de tener acceso a la seguridad social y a las prestaciones que por ley corresponden a quienes cuentan con una fuente de trabajo.
A principios de la pandemia, en abril, el gobierno federal comenzó a otorgar créditos a la palabra para las pequeñas empresas “solidarias” —que pararon labores, pero no despidieron a sus empleados. El monto otorgado fue de 25 mil pesos. También se destinaron créditos para empresas familiares.
La extensión del periodo de emergencia, y su agravamiento desde finales de noviembre, fue lo equivalente a una sentencia de muerte para miles de empresas y para miles de puestos de trabajo. En los primeros 11 meses de 2020 se perdieron 369 mil 890 plazas en la economía informal, pero las estimaciones son de que el año pasado se finalizó con una merma de 820 mil empleos, debido a que en diciembre terminan contratos laborales y se eliminan empleos.
En 25 de las 32 entidades hubo disminuciones en el número de trabajadores de enero a noviembre, pero los impactos más graves se dieron en la Ciudad de México y en Quintana Roo, las cuales concentran más de dos terceras partes de las pérdidas.
Dejar toda la responsabilidad al gobierno federal para rescatar cientos de miles de plazas laborales sería una carga desmedida. Los gobiernos estatales tendrían también que intervenir para tratar de paliar la situación de miles de desempleados.
La discusión de propuestas e ideas entre autoridades y sectores se vuelve apremiante. El país no debe permitirse que ante la desaparición de miles de empresas y la pérdida de miles de empleos, la respuesta sea la pasividad o la indiferencia.
