Ya no solo son los productos comercializables del petróleo, sino que ahora el crimen organizado va también por el crudo. La primera incursión de los huachicoleros fue con la gasolina distribuida a través de ductos, aunque también se dieron asaltos contra las pipas que las transportaban por carretera; la siguiente modalidad comprendió el robo de gas licuado, igualmente desde los gasoductos o mediante el despojo de los vehículos transportadores. Ahora a partir de este año los criminales han emprendido también la ordeña de la red de distribución de petróleo crudo, aun cuando en 2019 se notificó que ya se habían perpetrado robos a plataformas petroleras con sustracción del producto sin procesar.

Si bien la petrolera se reserva tanto los puntos de extracción ilegal detectados como los montos sustraidos, sí reveló el hallazgo de 22 lugares de ordeña especializada en petróleo crudo.

Para sacar utilidad al petróleo crudo se requiere de un proceso técnico y de una infraestructura muy complejos que solo lo pueden dar una refinería. ¿Su robo es para venderlo al exterior, a otras naciones que pudieran refinarlo y solo necesitan contar con la materia prima? ¿o solo se busca causar un daño patrimonial y un quebranto a la nación?

Si lo que se busca es venderlo al mejor postor, colocarlo en el mercado negro a disposición de otros países que cuenten con la infraestructura para procesarlo, aun así se requeriría no solo de un costoso sistema de transporte, sino de un traslado que podría evidenciar a los perpetradores de este contrabando de escala internacional, especialmente si los posibles compradores estuvieran en otro continente distinto del americano.

¿Se trata de venderlo clandestinamente a empresas petroleras consolidadas que podrían así incrementar aun más su producción y, por ende, sus ganancias, aprovechando un repunte en los precios internacionales del hidrocarburo?

Según lo anunciado por el gobierno mexicano, el alza que ha registrado el petróleo hacía albergar esperanzas de contar con un excedente de 200 mil millones de pesos al finalizar el año, y hasta de 300 mil millones si el precio del barril de crudo alcanzaba un costo de 80 dólares por unidad, como lo vaticinan las proyecciones de analistas financieros internacionales.

Aunado a todos los problemas que golpean a Pemex, sumados a los que viene arrastrando de décadas atrás y que la tienen sumida en un pozo del que se ve muy difícil su salida, este nuevo impacto de una nueva modalidad del huachicol parece oponerse a que la otrora poderosa paraestatal salga de su quebranto.