Morena tiene la intención de poner la lupa sobre el actuar de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con miras a reemplazarlos o, de resultar positiva su evaluación, ratificarlos en sus posiciones.

Los integrantes del partido oficial involucrados en el análisis de la operación de los funcionarios electorales han manifestado su intención de emprender una reducción de consejeros del INE e intervenir para reformular los lineamientos del instituto en los que se regulan los procesos de nombramiento o reelección de sus consejeros.

También se revisarán y ajustarán presupuestos, gastos y financiamientos, bajo la premisa de que es posible reducir la carga económica que a juicio del partido oficial representa el mantenimiento del INE, cuyo aparato burocrático, a decir de los morenistas, resulta carísimo cuando no hay elecciones en ningún punto de la República.

Ignacio Mier, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, adelantó que se busca una plena reforma político-electoral destinada a determinar a quién se le refrenda en su puesto y a quién se le retira la confianza por un proceder alejado de la legalidad y la ética.

Aunque los morenistas han expresado su interés en proceder con objetividad en la evaluación, no deja de percibirse en el aire cierto tufo a revanchismo y castigo contra todo lo que huela a INE, por lo que solo se pide a los miembros del partido político en el poder que actúen de cara a la Nación y con argumentos sólidos.

Cabe recordar que cada una de las reformas electorales que en el pasado se han hecho no han servido para el propósito que se supone debían alcanzar, sino más bien mermaron la confianza con la que el INE arrancó con su creación. Meter las manos al organismo como quiere hacer Morena, con toda seguridad solo va a provocar el mismo efecto.

Hay que tener presente que la pulcritud con la que el INE realiza los procesos electorales es reconocida en todo el mundo e incluso fue esta limpieza puesta en los comicios por parte del Instituto la que permitió que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia.

Lo que es un hecho es que si los consejeros del INE y los procesos que el organismo ha implementado para sí mismo fueran tan corruptos como se asegura, sería otro el que en este momento estaría ocupando la silla presidencial.