Del coronavirus se ha dicho que ataca por igual a todas las razas sin importar condiciones económicas, como se ha visto en su expansión por más de 200 países alrededor del mundo.

Sin embargo, hay lugares donde esa regla no siempre se cumple: Estados Unidos, por ejemplo. Ahí, afroamericanos y latinos están siendo los más golpeados por la pandemia, como evidencia de la desigualdad social que prevalece.

En la ciudad de Nueva York, 34% de los muertos son latinos, a pesar de que sólo representan 29% de los habitantes; los fallecimientos de afroestadounidenses acumulan 28%, aunque sólo engloban 22% de la población.

Chicago arroja cifras más reveladoras: 68% de las muertes por coronavirus fueron de afroamericanos, a pesar de que solo representan 30% de los habitantes en la ciudad.

Los migrantes mexicanos son un sector que en momentos de crisis sanitaria se encuentran en el limbo tanto para el gobierno estadounidense como para la diplomacia mexicana. En testimonios para EL UNIVERSAL, integrantes de la organización Migrantes Impulsores del Desarrollo relatan la situación de desempleo, desamparo y hacinamiento en que viven, lo que los convierte en altamente vulnerables ante la pandemia.

De los consulados solo han obtenido información que remite a direcciones de internet del gobierno estadounidense. Esa agrupación detalla que de 315 mil personas de la comunidad hidalguense en Estados Unidos, sólo 15% podría obtener un apoyo oficial, porque son quienes tienen número de seguro social.

Para el gobierno estadounidense, una vez más, se vuelven invisibles aunque contribuyen a la actividad económica y son el soporte de sectores como servicios, construcción o agricultura.

En esta crisis, México ha apoyado a connacionales en el extranjero, principalmente a aquellos que quedaron varados en países donde se encontraban de visita y que ordenaron el cierre de sus fronteras.

En el caso de connacionales en Estados Unidos, autoridades mexicanas tendrían que intervenir para que no quede en el abandono una población que mes tras mes envía miles de millones de dólares a familias en el país. En época de parálisis económica y de amenaza a la salud lo correcto sería voltear a verlos y atender a sus necesidades.

Puede afirmarse que el coronavirus no distingue personas, razas o nacionalidades, pero en la realidad, de acuerdo con las condiciones sociales, puede ser más letal para unos que para otros.

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