La idea generalizada es que la violencia contra la mujer se ejerce en el hogar, pero hay otros sitios en los que su seguridad también puede estar en riesgo, como los centros de trabajo.

A finales de 2018 casi 22 millones de mujeres salían diariamente de sus casas para dirigirse a laborar. Muchas dejaban el clima hostil de sus casas para adentrarse en otro ambiente donde tampoco podían considerarse seguras o vivían otro tipo de violencia.

En las empresas y centros laborales enfrentan el acoso de colegas o superiores, así como la diferenciación en sus percepciones. Por igual trabajo, reciben un salario menor al que reciben sus compañeros.

Las empresas se vuelven también un espacio en el que las mujeres deben conquistar como territorios libres de este otro tipo de violencia.

Desde que EL UNIVERSAL inició en diciembre de 2020 una serie de entrevistas con destacadas figuras para analizar la violencia casi sistemática que se ejerce en el país contra las mujeres, cuyo fenómeno más visible son los feminicidios, el tema ha sio abordado desde diferentes ópticas.

En esta ocasión se menciona el importante rol de las empresas para construir una situación más equitativa hacia las mujeres.

¿De qué manera? Los centros de trabajo pueden comenzar designando áreas especiales para atender denuncias de acoso dentro del espacio laboral, en las que se garantice confidencialidad y atención prioritaria al problema. También pueden ofrecer empleos dignos e igualdad salarial.

La construcción de un país con cero tolerancia al trato desigual, a la violencia y al acoso en contra de las mujeres no se dará de un día para otro. La toma de conciencia para dar un trato digno a quienes representan más de 50% de la población debe asentarse en todos los aspectos del país. Empresas e industrias tienen una parte relevante en esta cruzada. Sin su participación no será posible el cambio.

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