Al menos desde hace 20 años Petróleos Mexicanos ha sido la prueba más clara de la corrupción que ha caracterizado a una clase política. Una tras otra, se han acumulado historias de irregularidades y malos manejos de los recursos de la principal empresa del país. Son numerosos los casos que han salido a la luz pública, a veces por trabajos periodísticos, en otras por denuncias ante instancias de fiscalización y, más recientemente, por la labor de la Auditoría Superior de la Federación. ¿Cuántos más quedaron sin conocerse?

En estas dos décadas miles de millones de pesos de dinero de Pemex han estado bajo la sospecha de irregularidades. En 2000, el sindicato petrolero fue acusado de desviar mil 500 millones de pesos para la campaña presidencial priista. El exdirector Raúl Muñoz Leos fue acusado por malversar mil 724 millones de pesos, pero luego de un largo proceso fue exonerado. A él también se le señaló por disponer de recursos públicos para sufragar operaciones de cirugía plástica de su esposa.

En tres sexenios, el robo de combustible —el famoso huachicol— se mantuvo sin freno ocasionando pérdidas, las cuales se estimaron en 34 mil millones de pesos anuales en 2018. Actualmente hay disminución de la práctica, pero no se ha logrado erradicarla y no se explica sin una colusión de empleados.

En el último par de años ni las plataformas petroleras se han librado del saqueo. Los ladrones de altamar aprovechan la situación de aislamiento e indefensión en la que está el personal de embarcaciones y plataformas. Al principio se limitaban a sustraer equipo y otros objetos de valor, pero los últimos casos reportados daban cuenta de hurto de hidrocarburos, tanto procesados como en crudo.

Tras el caso Odebrecht y con la revelación de la compra de las empresas chatarra Agronitrogenados y Fertinal se pensaba que serían los últimos eslabones, pero esta semana EL UNIVERSAL reveló que funcionarios de Pemex en el sexenio anterior solicitaban sobornos para conseguir cita con el director de la petrolera que sería la vía hacia la obtención de contratos. El dinero se habría destinado para financiar la campaña política de Enrique Peña Nieto.

Tras dos décadas de saqueo, Pemex se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad. Es la empresa más endeudada del mundo, lo que le resta confianza en el mercado financiero internacional. El gobierno apuesta a su rescate para devolverle el brillo de antaño, pero el proceso de saneamiento debe incluir la depuración de malos funcionarios y su respectiva sanción, aunque ya no se encuentren en la empresa.

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