La entrevista que sostuvo EL UNIVERSAL con el nuevo director de uno de los bancos más importantes que operan en nuestro país, revela que, pese a sus problemas y el panorama de una posible recesión mundial, México sigue siendo uno de los mercados más atractivos a ojos de los inversionistas extranjeros.

Entre los factores que parecen hacer recobrar la confianza de los inversionistas y permitir el retorno de los capitales foráneos, está la ratificación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que funciona como el espaldarazo que nuestra nación requería para volver a inspirar la confianza de las trasnacionales y, como lo mencionó el entrevistado, “romper la inercia de poco crecimiento”. Y aunque él representa el pensamiento del sector bancario, recomendó al gobierno impulsar el sector energético, pues es el que promete la apuesta de crecimiento y expansión más grande. Esto incluso en momentos en que el gobierno tiene en contra el caso Pemex, que opera como un gran lastre para su pleno desenvolvimiento en el sector.

Otra recomendación hecha es que la actual administración debe reforzar su cartera de grandes proyectos, pues será mediante ellos que podrá detonarse la inversión privada y pública, y contrarrestar de esa manera el panorama de estancamiento y debilidad económica que ha golpeado especialmente a los grandes grupos industriales, mismos que en 2019 resintieron la más fuerte merma en sus ganancias para los que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.

De ahí la serie de desconfianzas que operan desde ambos lados: por un lado el gobierno no está dando la certidumbre que los inversionistas requieren; por otro, ante la inestabilidad, estos últimos no concretan o posponen indefinidamente las inversiones. Es como un juego de sombras donde no hay claridad en ninguno de los dos extremos, y por tanto, los capitales externos dejan de fluir en nuestro territorio o, si lo hacen, es casi a cuentagotas.

Tal vez la situación desfavorable para China, generada por la epidemia de coronavirus, se convierta en un factor que la economía mexicana pueda remontar a su favor, buscando nichos de oportunidad que podrían quedar descuidados por los fabricantes y exportadores chinos. Es momento de estar atentos al reacomodo de fuerzas que esta coyuntura genere y donde nuestro país puede encontrar la oportunidad de recobrar la presencia perdida ante los otros gigantes económicos.

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