El fallido operativo en Culiacán para detener a Ovidio Guzmán López, el pasado jueves 17 de octubre, requería ser explicado con detalle, luego de la confusión informativa que dominó en las horas en que sucedieron los hechos y en días siguientes.

Este miércoles, a casi dos semanas de distancia, el gobierno federal dio a conocer pormenores del frustrado despliegue en voz del secretario de la Defensa Nacional y del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Durante más de una hora el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional hizo una reconstrucción minuto por minuto, que incluyó esquemas y videos. Se trató de un ejercicio inédito que mostró la magnitud de la violenta respuesta del grupo criminal.

Aunque fue producto de las demandas de diversos sectores para conocer la realidad del operativo, es de reconocerse la transparencia con la que se presentó la información.

El reporte de ayer no significa que todo haya quedado claro; aún hay varias preguntas sin respuesta que están en la opinión pública. Una de ellas es la probable filtración del operativo desde las oficinas oficiales o la capacidad del crimen para interceptar mensajes. El gobierno federal ha ofrecido que no se ocultará nada, entonces toda duda debe ser resuelta.

El desarticulado flujo de información que se dio el 17 de octubre debe marcar un antes y después en el gobierno en materia de comunicación. En esa fecha EL UNIVERSAL dio cuenta de seis versiones de los hechos, incluso contradictorias entre el jefe del Ejecutivo e integrantes de su gabinete.

La más beneficiada con el informe pormenorizado es la ciudadanía, que reclamaba explicaciones claras y dignas de credibilidad.

La historia reciente del país tiene ejemplos emblemáticos en los que la verdad oficial ha sido cuestionada y poco convincente, entre ellos la muerte del cardenal Posadas Ocampo, la desaparición de los estudiantes normalistas en Iguala y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. En las explicaciones a estos casos abundan las contradicciones.

Hasta antes de Culiacán el gobierno cumplía con informar sobre todos los temas sin cortapisas. En lo ocurrido en la ciudad sinaloense necesitó casi dos semanas para dar los primeros detalles. Al informar, los ganadores son la opinión pública —que empieza a tener certeza de lo ocurrido— y las Fuerzas Armadas, por ofrecer una vertiente de apertura.

Finalmente, Culiacán representa un aprendizaje, en especial para aquellos que toman decisiones y para quienes se encuentran en tareas de comunicación. Es una lección que no debe olvidarse.

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