En instantes en que el reporte oficial de casos confirmados de coronavirus en México dio un brinco inesperado, escalando de 15 a 26 el número de personas que dieron positivo en el resultado de las pruebas médicas, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó que en medio de esta adversidad hay condiciones inmejorables para crecer, y manifestó su fe en el trabajo de médicos y científicos para atender los efectos de la epidemia, sin exageraciones pero tampoco con disminuciones de su potencial y dimensión real.

En el marco de la clausura de la 83 Convención Bancaria, el mandatario afirmó a los empresarios de este sector que la aprobación por parte de Canadá del TMEC es un paso más que México da al integrarse al mercado más importante del mundo. Y en materia de salud refrendó su compromiso de que en cuestión de bienestar para el pueblo no habrá marcha atrás y se garantizará la atención médica gratuita universal.

Sin embargo, el peligro está ya tocando a la puerta con la serie de contagios de Covid-19 ubicados en distintos puntos del territorio nacional y sostenida apenas con alfileres la contención que hasta el momento se ha tenido de los afectados. El problema, como ya se ha manifestado, está en el lado de la detección, en la que se pierde tiempo valioso en el que pudo haberse esparcido ya el patógeno sobre personas que en este momento pudieran estar ignorando que han contraído la enfermedad.

Nos estamos acercando rápidamente al siguiente escenario, el de la fase 2, en donde habrá medidas más estrictas, con el consecuente impacto para la economía. No obstante el panorama desolador, del lado del gobierno se tiene optimismo de que estará todavía en posibilidad de aislar los casos y rastrear los contactos e interacciones que hayan tenido los infectados.

Se olvida que México ha recibido a miles de inmigrantes sobre los que se tiene muy poco control. A ellos también se les debe cuidar de que no se contagien o sean fuente de difusión de la enfermedad. No sólo se debe cuidar a los mexicanos con acceso a una atención médica regularizada, sino también estar vigilantes de estos grupos no considerados como parte de la población y que, por el tipo de condiciones en las que en este instante están obligados a soportar durante su estancia o tránsito por nuestro territorio, los hace un grupo altamente vulnerable y un potencial foco de diseminación del virus.

En cuestión de salud hay que ponernos de acuerdo todos. Unidos es que vamos a remontar esta crisis, aprender de ella y aprovechar las oportunidades que nos brinde. Es tiempo de trabajo conjunto, de gobierno y sociedad. No obstante, son tiempos difíciles.

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