En momentos en que el país está haciendo el mayor acopio de recursos públicos para atender la pandemia, para lo cual incluso ha echado mano de fondos federales y ha eliminado Fideicomisos —algunos de ellos tan indispensables como el fondo de atención de desastres—, resulta hasta extraño que se cancele el adeudo histórico que tenían habitantes de Tabasco por el servicio eléctrico con la CFE, aunque ciertamente constituyó una de las promesas de campaña del ahora presidente de México.

Más de 607 mil usuarios tabasqueños del servicio se verán beneficiados, aunque al Estado le significarán más de 11 mil millones de pesos que no se recuperarán y que ni siquiera podrán ser invertidos en la rehabilitación de la propia infraestructura de la CFE, la cual ha comenzado ya a dar de sí por la falta de mantenimiento e insumos, como lo demuestran los apagones del 28 de diciembre pasado en el centro del país o el de abril de 2019 en la península de Yucatán, así como las conflagraciones registradas en algunas subestaciones eléctricas en distintos puntos de la geografía nacional y hasta un incidente en la central nucleoeléctrica de Laguna Verde en septiembre de 2020 que si bien pudo subsanarse, estuvo a punto de haber detonado un estado de alerta máxima nacional.

Levanta sospechas que la condonación se haga en un año electoral y en la tierra de origen del presidente de la República, además de estar relacionado con un movimiento impulsado por él mismo hace 24 años. Además de la condonación del pago de adeudos, también se anunció que los tabasqueños se beneficiarán con bajas tarifas y un subsidio que se aplicará todo el año, y no solo por temporada, como ocurría hasta hace poco.

El perdón de pagos no estaría mal si se aplicara indistintamente a usuarios de todo el país que han perdido sus empleos o han resultado contagiados de Covid, o como apoyo a pequeñas y medianas empresas que han visto mermados o cancelados sus ingresos a raíz de la pandemia.

Pero al ser selectiva, esta condonación sienta un pésimo precedente para las personas que bimestralmente cumplen con el pago de energía y transmite a la población el mensaje de que es válido incumplir con las responsabilidades ciudadanas y de que el Estado está obligado a dar todos sus servicios de forma gratuita a una parte de la sociedad mientra se muestra inflexible o hasta incrementa la cantidad de responsabilidades y obligaciones para el resto, puesto que el mandatario está gobernando para todos y no solo para quienes lo llevaron a la Presidencia.

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