Entre los distintos tipos de cáncer que se conocen, el de mama fue el de mayor incidencia en el mundo el año pasado. En México, debido a la pandemia y al temor de acudir a hospitales a ser valoradas por sospechas de la enfermedad, el número de diagnósticos disminuyó en 2020 respecto a 2019. Hace un año se registraron 12 mil 296 casos, una caída de 3 mil 65 casos menos en comparación con el periodo previo.

Este 2021, hasta finales de septiembre, se habían contabilizado 11 mil 981 nuevos casos de cáncer de mama, casi la misma cifra registrada en todo 2020. Con la disminución de los casos de coronavirus, los hospitales públicos han visto crecer el número de mujeres que llegan a hacerse estudios o a recibir tratamiento, pero la atención no siempre ha sido la mejor.

En estas páginas Lorena Estrada relata cómo fue rechazada para recibir atención luego de que descubrió un pequeño bulto en su seno izquierdo; entonces tenía 22 años de edad. El único argumento que escuchó para no ser atendida es que era “muy joven” por lo que “no podía ser cáncer”. Hoy tiene 26 años y le fue retirado el seno afectado. Otro de los testimonios recabados por este diario refiere también la falta de medicamentos y de atención oportuna en hospitales públicos.

El año pasado 21 mujeres fallecieron cada día en el país como consecuencia del cáncer de mama. Datos del Inegi señalan que 16% de las mujeres fallecidas por tumores malignos en 2020 no disponían de algún servicio de salud. En la tarea de ofrecer a las mujeres la oportunidad de prevenir el cáncer, la prioridad tendría que ser sumar los esfuerzos de las distintas iniciativas ciudadanas y del sistema público de salud para ofrecer diagnósticos certeros y atención inmediata.

Los expertos coinciden en que la detección temprana de la enfermedad evita un desenlace fatal. Por este motivo abatir los tiempos de espera para recibir atención o someterse a estudios se vuelve una situación urgente de resolver, pues es clave para dar mayor tiempo de vida a pacientes o para brindar una mejor calidad de vida a quienes vencen el cáncer de mama.

La esperanza con la que llegan mujeres a solicitar atención deviene en tragedia al enfrentarse con la realidad de carencias humanas y materiales en hospitales. Esta batalla no podrá ganarse si no se cuenta con los insumos suficientes. Por ahí se debe empezar.