La impericia, falta de protocolos y uso excesivo de la fuerza de corporaciones policiacas contra ciudadanos quedaron en evidencia nuevamente en un video que se difundió este domingo. En Tulum, Quintana Roo, cuatro elementos de seguridad actúan contra una mujer esposada -migrante salvadoreña- que grita y se queja, para luego quedar inmóvil. La mujer murió más tarde, presuntamente como consecuencia de la fuerza que ejercieron contra ella.

El fenómeno no es nuevo en el país: muertes de ciudadanos a manos de elementos de seguridad por la carencia de capacitación para enmarcar su actuación en el respeto a los derechos humanos. Hay muestra de ello en los últimos doce meses.

En mayo de 2020, policías de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el área metropolitana de Guadalajara, arrestaron y golpearon de tal forma a Giovanni López, que murió en un hospital de Chapala. La razón, el hombre de 30 años no llevaba cubrebocas.

En septiembre pasado, durante las manifestaciones de agricultores por el control de la presa La Boquilla, en Delicias, Chihuahua, una mujer murió luego de que recibió un disparo de un elemento de la Guardia Nacional.

En noviembre, policías municipales de Cancún dispersaron a balazos a un grupo de manifestantes que protestaban en contra de la violencia de género y contra el feminicidio de una joven.

Cometer una falta menor o protestar por alguna causa ha costado la vida de varios mexicanos y mexicanas en el país. Además de temer a la violencia común, en muchas ciudades de este país se teme también a agentes locales o de fuerzas federales, pues su formación exhibe serias deficiencias en el respeto a los derechos humanos.

Fuera del país, situaciones de abuso policial o de fuerzas de seguridad desencadenan violentas protestas en las calles. En mayo de 2020 la muerte del afroamericano George Floyd desató disturbios en ciudades estadounidenses. En México no se han registrado manifestaciones masivas en contra del abuso policial, a pesar de que prácticas como la tortura no ha logrado erradicarse.

En hechos como el ocurrido el sábado en Tulum deben cobrar relevancia instancias como las comisiones estatales de derechos humanos para exigir su pleno esclarecimiento y la sanción respectiva de los involucrados. Por parte de los gobiernos se requiere el compromiso constante para profesionalizar los cuerpos policiacos y la inmediata desaprobación de la brutalidad policiaca. En materia de capacitación policial hay decenas de gobiernos estatales y municipales en el país que parece importarles poco ese tema; la única afectada es la ciudadanía indefensa.

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