Se llegó a 50 mil fallecimientos de mexicanos a causa del Covid-19. Alcanzada esta marca se debe reflexionar que en este punto las muertes por esta enfermedad se han convertido en simples cifras, números, estadísticas..., pero se trata de 50 mil familias afectadas, 50 mil dramas en los que únicamente del primer deceso se supo el nombre. Tal vez solo los casos fatales de celebridades, empresarios y funcionarios trascendieron más allá de gráficas, barras, curvas y estadísticas, pero de ahí en adelante todo ha sido números.

Desde el primer contagio de importación detectado en nuestro país el 28 de febrero, al que poco después siguió el primer contagio comunitario, luego la primera defunción y posteriormente la primera baja entre el personal médico, los enfermos, hospitalizados y muertos se han acumulado día tras día, minando con su multiplicación la capacidad de asombro de la opinión pública.

De poco sirve que se quieran rendir homenajes por petición presidencial, pues eso no ayudará a contener la enfermedad ni detener las muertes. Tampoco sirve polemizar si el cubrebocas funciona o no, si debe ser obligatorio o no, o si hay que tomar muestras y aplicar exámenes a diestra y siniestra, en lugar de consolidar una estrategia integral.

Se dijo que se iba a apostar a que la pandemia tuviera larga duración para que el número de muertos fuera más manejable, pero eso no se ha alcanzado: la pandemia ya se alargó y los números continúan elevados. Tampoco se logró un pronóstico certero sobre el número de fallecimientos, pues se preveía que una vez concluida la contingencia, la cifra final se cerraría con unos 2 mil decesos, luego se tuvo que decir que serían 6 mil, más tarde se vaticinaron 30 mil; al día de hoy todas las estimaciones han quedado rebasadas y ya se superaron los 50 mil.

Y aunque el presidente asegura que ya se superó lo peor de la contingencia, lo cierto es que las curvas estadísticas están aun lejos de mostrar el tan anhelado descenso que lleve a decir que el riesgo epidemiológico ha quedado conjurado.

Más allá de discusiones sobre si las cifras de la pandemia en México son altas o bajas y hacer comparaciones entre países, el hecho tangible es que hoy 7 de agosto, oficialmente han muerto ya más de 50 mil personas por Covid.

Si bien no se debe hacer reparto de culpas, dado que ante una epidemia todos, ciudadanos y autoridades, tenemos nuestra cuota de responsabilidad, sí surge una duda angustiante: ¿quién debe responder por esas muertes?

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