Este año concluye como el más desfavorable para las mujeres mexicanas que se recuerde, toda vez que se rompió el récord de feminicidios y casos de violencia contra ellas.

A pesar de que en marzo pasado el movimiento feminista prendió con gran fuerza, con una gran protesta que nunca se había visto en el país por el número de mujeres que salieron a tomar las calles en diversas ocasiones y que también el 8 de marzo hicieron gritar su ausencia como silenciosa protesta, pero que la pandemia por coronavirus ahogó en parte porque les impidió reunirse de nuevo, aun cuando en las redes estuvieron más activas aún y de igual modo expresaron su descontento.

De hecho, el confinamiento reveló para muchas nuevas formas de agresión por parte de los hombres con los que conviven, desde la psicológica hasta la violencia física, que para algunas incluso significó la muerte. En ese sentido, en este año EL UNIVERSAL les puso rostro a los casos de feminicidio más dramáticos que se dieron durante el año.

También el Gran Diario de México cierra el 2020 con una serie de entrevistas a mujeres en las que puede extraerse a manera de conclusión que el problema de la violencia contra la mujer es multifactorial: es un tema de falta de políticas de Estado que den una solución, y una falla también en la educación que se da a la población, carencia que permite la permanencia de una cultura machista muy arraigada.

Y en este último sentido, como indica el investigador Leonardo Olivos, en una entrevista publicada hoy también en este diario, es necesario acabar de raíz con esa complicidad, esos pactos entre hombres, de silencio, de encubrimiento, incluso de burla, que son los que generan la violencia contra la mujer, la perpetúan y lamentablemente la normalizan.

Pero también es violencia la discriminación, la misma que impide que una mujer pueda ganar lo mismo que un hombre u ocupar puestos de responsabilidad y dirección. Este año hubo que imponer casi a la fuerza el tema de la paridad de género en las candidaturas de los partidos políticos, mismos que siempre han privilegiado a candidatos masculinos. Incluso varias organizaciones políticas se negaban a cumplir con las nuevas disposiciones de paridad o el Tribunal Electoral mostraba indecisión al respecto, lo que evidencia que es más que complicado el asunto del respeto y otorgamiento de igualdad para la mujer. La lucha de las mujeres es una que se tiene que estar dando en todos los ámbitos y en cada uno de los distintos frentes de la interacción con los hombres, en un mundo construido por y para ellos. Que 2021 sea el año del triunfo feminista.

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