Creer que la red social de una figura pública es una cuenta “personal” en la que va a compartir realmente su día a día con sus seguidores o sus “amigos” es una gran falacia; ya sea algún artista, un líder religioso o algún miembro de la clase política saben bien que las redes sociales hoy en día constituyen un nuevo escenario público de exposición para el aplauso y el fortalecimiento de la imagen o bien el deterioro de la misma.

El querer hacer que las redes sociales sean canales de comunicación conlleva el riesgo de publicar muchas veces con imprudencia, ciertas posturas, opiniones o compartir algo de su vida y que luego lo publicado sea usado para ataques en contra de quien lo publicó.

Para algunos lo anterior no es delicado pues lo que buscan es el posicionamiento, ya que el indicador de visibilidad genera esa posición que se ocupa en la mente y en los sentimientos de las personas para quienes realmente va dirigido el mensaje, como dicen muchos políticos, que hablen bien o mal de mí no importa, lo importante es que hablen de mí, más allá de lo que piensen. Grave error hoy en día, la ciudadanía está evolucionando, ya no compramos espejitos.

En últimas fechas se han presentado casos de funcionarios públicos que por su juventud e inexperiencia; arrogancia, cinismo y, sobre todo, muy mala o nula asesoría realmente calificada y critica, salen a los medios a justificar bajo el argumento que sus redes sociales son personales y es por ello que pueden decir y escribir lo que quieran en ellas. O bien, bloquean a quien los incomodó con cuestionamientos y señalamientos; un gran error pensar y comportarse así, sin tomar en cuenta que ser funcionario público o una figura pública es un trabajo de 24 horas al día los 7 días de la semana.

Además de lo anterior, hoy las redes sociales “personales” de los políticos y en general de los servidores públicos mediante las cuales publiquen o difundan información derivada de su encargo deben considerarse como información pública.

Lo anterior de acuerdo con las “Políticas Generales para la Difusión de Información Pública mediante las Redes Sociales Digitales” aprobadas por el Pleno del Consejo Nacional del Sistema Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, el pasado 18 de junio de 2019.

Es también lamentable ver a diversos personajes tomándose las famosas selfies en plenas sesiones en las que seguramente se discuten temas delicados y de interés, temas que afectan a muchas personas y en ocasiones a toda la nación, o bien, hay quienes en medio de pleno debate se ponen a publicar sobre los resultados del futbol, demostrando realmente lo que ocupa sus pensamientos. Este tipo de publicaciones lo único que hacen es debilitar aún más la confianza de la ciudadanía no solo en ese político, sino en la política misma y propagan ese recelo y fastidio de la ciudadanía por los asuntos públicos con las graves consecuencias que esto trae.

Es importante que las figuras públicas entiendan que lejos de las apariencias, su imagen, su marca y reputación no son aspectos accesorios ni banales; por el contrario es un tema clave, fuerte, científico y cada vez más vigente que se debe estudiar, comprender y hacerse acompañar de asesores con la fuerza y la confianza para decirles la verdad y no serviles que hacen todo menos servir de provecho.

Antes de publicar algo en redes sociales les sugiero pasarlo por el filtro de Sócrates: ¿Es cierto, bueno y útil lo que voy a publicar?

Espero sus comentarios vía Twitter en @dgv1968

Google News

TEMAS RELACIONADOS