En el Senado, el pasado 10 de diciembre ratificamos, con 104 votos a favor, el Protocolo de Adhesión del Reino Unido de Gran Bretaña al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT/CPTPP). Este paso legislativo no es menor, consolida la ruta de México hacia un comercio más moderno, con reglas claras, y refuerza nuestra capacidad de diversificar mercados en un entorno internacional marcado por incertidumbre, tensiones comerciales y reconfiguración de cadenas de suministro.
Para entender su relevancia, conviene recordar dos hechos fundamentales. Primero, México es parte del TIPAT desde el 30 de diciembre de 2018. Desde entonces, el acuerdo ha sido un instrumento central para vincularnos con economías dinámicas del Asia-Pacífico y para operar bajo un marco de disciplinas comerciales que van más allá de los aranceles. Segundo, el TIPAT nació como una respuesta práctica y estratégica tras la salida de Estados Unidos del TPP original. Los países participantes decidieron preservar un acuerdo ambicioso con el objetivo de mantener un estándar alto de integración económica, certeza jurídica y apertura ordenada.
Esa visión explica por qué el TIPAT no es un tratado tradicional. Su arquitectura incluye capítulos sobre comercio de bienes, reglas de origen, aduanas y facilitación; pero también incorpora temas que hoy definen la competitividad: comercio electrónico y economía digital, servicios, inversión, compras públicas, propiedad intelectual, medio ambiente, asuntos laborales, transparencia y mecanismos de solución de controversias. En otras palabras, no solo facilita vender más, crea condiciones para comerciar mejor, con reglas comunes y previsibilidad para quienes producen, invierten y generan empleo.
En ese marco, la adhesión del Reino Unido tiene un significado particular. No se trata únicamente de sumar un mercado más, sino de incorporar a una economía relevante a un bloque que opera con estándares compartidos. El Reino Unido solicitó su adhesión formalmente en 2021, negoció sus compromisos con las Partes y firmó el Protocolo en 2023. Desde diciembre de 2024, su incorporación comenzó a operar con el grupo de países que concluyó primero sus procedimientos internos, y posteriormente se amplió para otros miembros conforme avanzaron las ratificaciones. México, al ratificar, acelera su capacidad de activar plenamente esta relación comercial bajo lo establecido en el TIPAT.
Ahora bien, es importante explicar con claridad qué sigue. La ratificación legislativa es el paso decisivo desde la perspectiva interna, pero la entrada en vigor práctica depende del mecanismo previsto por el propio Protocolo, , con un periodo posterior ,habitualmente de 60 días, para que el acuerdo comience a surtir efectos entre ese país y el Reino Unido. Este detalle importa porque marca el momento en el que las preferencias comerciales pasan del papel a la operación real para empresas, exportadores e inversionistas.
¿Y cuáles son las consecuencias positivas que se pueden anticipar? La primera es la más evidente, mayor diversificación y profundidad comercial. En un mundo volátil, México necesita ampliar rutas, fortalecer opciones y reducir vulnerabilidades. La integración del Reino Unido al TIPAT ofrece un marco adicional de certidumbre para el intercambio de bienes y servicios, y para la inversión, lo que también envía una señal de estabilidad regulatoria a los mercados.
La segunda consecuencia es de competitividad, un acuerdo con disciplinas modernas tiende a reducir fricciones y a facilitar la operación de cadenas productivas. Esto es particularmente relevante para sectores donde el valor no se explica únicamente por el arancel, sino por logística, cumplimiento de reglas de origen, estándares, digitalización y servicios asociados.
La tercera consecuencia es la oportunidad de ampliar la base de beneficiarios. Un tratado puede abrir mercados, pero el verdadero impacto se mide en resultados,cuántas empresas nuevas exportan, cuánto crece la inversión productiva, cuántos empleos formales se generan y cuántas regiones logran integrarse a cadenas de valor. Ahí aparece una dimensión social real, cuando el comercio se acompaña con políticas públicas adecuadas, inteligencia comercial accesible, simplificación de trámites, apoyo a certificaciones, financiamiento para capital de trabajo, capacitación en reglas de origen y facilitación aduanera, la apertura deja de ser un privilegio de unos cuantos y se convierte en una herramienta de movilidad económica para más territorios y más pequeñas y medianas empresas.
Por eso, la ratificación del Protocolo debe leerse como una decisión estratégica, pero también como una tarea de implementación. El TIPAT y la adhesión del Reino Unido abren una ventana, corresponde a la política pública convertir esa ventana en resultados, más comercio, más inversión, más innovación y mejores oportunidades productivas.
Desde el escaño… En este esfuerzo, es importante reconocer el trabajo de Dan Carden, parlamentario del Reino Unido y Enviado Comercial del Primer Ministro para México, por su labor constante para impulsar el diálogo económico bilateral, promover visitas de trabajo y respaldar los avances que hoy hacen posible que este acuerdo se traduzca en oportunidades concretas. Su acompañamiento ha contribuido a fortalecer puentes institucionales y a consolidar una visión compartida, entre nuestros países.
Senadora de la Ciudad de México
@cynthialopezc1

