El Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (Conapred) es una de las instituciones más nobles de la República. El mes pasado, en medio de la polémica que llevó a la renuncia de su presidenta, pareció por un momento que se encaminaba a desaparecer. Sin embargo, la resistencia por parte de organizaciones de la sociedad civil y defensoras de derechos humanos obligó al gobierno a recular y ya se están estudiando perfiles para ocupar esta importante posición.

La misión del Conapred incluye resolver las quejas por actos discriminatorios cometidos por particulares o por autoridades en el ejercicio de sus funciones y desarrollar acciones para proteger a todos los ciudadanos y las ciudadanas de toda distinción o exclusión por origen étnico, sexo, edad, discapacidad, condición de salud o cualquier otro motivo. Entre sus aportaciones al desarrollo del país se cuenta la promoción de los derechos de los pueblos indígenas, el acceso de niñas y niños con discapacidad a las guarderías del IMSS y la inclusión de la población afrodescendiente en los censos de población. Recientemente, su prioridad se ha centrado en combatir las agresiones a personal de la salud en el contexto de la pandemia. Esta es la agenda de combate a la discriminación que deberá abanderar la próxima persona titular del organismo.

En la Comisión de Igualdad de Género hemos sostenido entrevistas con varias candidatas a ocupar la presidencia del Conapred. Si bien la designación es una atribución del Presidente de la República, la diputada Wendy Briceño tuvo la iniciativa de convocar a las personas que aspiran a la posición para conocer su visión y su proyecto. El Presidente ha circulado la posibilidad de que una mujer indígena ocupe el puesto, e incluso se han presentado puntos de acuerdo en la Cámara para respaldar esta posibilidad.

Después de escuchar a todas con atención, mi conclusión es que hay candidatas con alto perfil como mi ex compañera Constituyente de la Ciudad de México Nelly Juárez con amplia trayectoria como académica y profesional, quién se abocó a plasmar los derechos indígenas en la Constitución de la capital así como lograr que haya representación índigena en el Congreso local, una luchadora incansable y respaldada por organziaciones sociales. Otro gran perfil es Irina Echeverría, quien si bien no se identifica como indígena tiene raíces familiares en los pueblos originarios. Irina ha vivido en carne propia la lucha en contra de diferentes tipos de discriminaciones, tanto de género, por ser miembro de la comunidad LGBTTTIQ, como por motivos de discapacidad, pues padece de polineuropatía degenerativa. Irina se ha forjado en la lucha política y el activismo y ha sido una de las principales impulsoras del matrimonio igualitario. También trabajó muy de cerca con Gilberto Rincón Gallardo y conoce de primera mano la historia de la institución. Tanto Irina como Nelly tienen el talento y la convicción para darle al Conapred la relevancia que merece. Si los diputados tuviéramos parte en esta decisión, contaría con mi voto. CONAPRED es parte fundamental en la lucha contra la discminiación en nuestro país.

Diputada Federal
@cynthialopezc1

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