Uno de los momentos más sobresalientes en la carrera política de Kamala Harris tuvo lugar en junio de 2019 durante el primer debate entre los aspirantes a la candidatura del Partido Demócrata. Se discutía la oposición del entonces candidato Joe Biden al uso obligatorio de autobuses escolares como una medida para combatir la segregación racial en Estados Unidos. En un despliegue magistral, Kamala Harris logró convertir una discusión árida sobre política pública en un asunto personal al referirse a una pequeña niña que formó parte de la segunda generación de afroamericanos que pudieron ir a una buena escuela gracias a esa medida y rematar con la frase “yo era esa pequeña niña”. Esta frase se convirtió en un emblema de su campaña, primero como aspirante a la candidatura presidencial y después como compañera de fórmula del propio Joe Biden para convertirse en la primera vicepresidenta mujer, afroamericana e hija de inmigrantes en la primera potencia del mundo.

La decisión de Biden de seleccionarla como su compañera de fórmula en agosto del año pasado, a pesar de los fuertes encontronazos que tuvieron en los debates de la precampaña hablan muy bien de la templanza y el carácter del nuevo presidente. Harris supo corresponder a esa altura de miras encontrando una posición y un discurso que inyectó dinamismo a la fórmula sin poner en entredicho la autoridad de Biden. Ya en el ejercicio del poder, su función como presidenta del Senado con voto de calidad para dirimir empates la convertirá literalmente en el fiel de la balanza. Con una distribución de escaños 50 – 50 entre demócratas y republicanos, Kamala Harris estará en la primera línea de las cámaras durante la aprobación de todas las medidas legislativas que impulse el nuevo gobierno.

Como fue el caso de Barack Obama en su momento, Kamala Harris es abogada de profesión y logró escalar a la fórmula presidencial con apenas 4 años de servicio en el Senado. Anteriormente se desempeñó durante 27 años como abogada del sector público en California, su estado natal. Su llegada a la vicepresidencia representa la ruptura de un techo de cristal que no había logrado superarse en 225 años de historia democrática en Estados Unidos y la coloca en la antesala de convertirse en la quincuagésima persona y la primera mujer en ocupar la presidencia de ese país.

Los símbolos son muy importantes en la política y por estos elementos de su biografía, Kamala Harris se ha convertido desde ya en un símbolo de fortaleza, de emancipación y de esperanza para las mujeres de todo el mundo. La diversidad de su origen, al ser hija de una familia multiétnica conformada por un economista de Jamaica y una doctora de la India que se conocieron como estudiantes de doctorado en la Universidad de Berkeley, simboliza al mismo tiempo el multiculturalismo creciente de la sociedad estadounidense y la esperanza de la educación como medio para triunfar en la vida. Su matrimonio con Douglas Emhoff, un abogado de confesión judía con quien se casó en segundas nupcias en 2014, completa el cuadro de diversidad y progresismo.

Por ser nativa de California, es de esperar que Harris tenga cierto grado de familiaridad con México, nuestra cultura y los temas principales de la agenda bilateral por lo que es razonable que pueda convertirse en una aliada importante. Por lo pronto, es innegablemente un motivo de esperanza e inspiración para seguir rompiendo los techos de cristal y seguir avanzando en la paridad de la representación política de las mujeres en todo el mundo. Su llegada a la segunda magistratura de la gran potencia puede inaugurar un 2021 marcado por la llegada de más mujeres al poder. Hago votos porque así sea.

Diputada Federal.
@cynthialopezc1 

Google News

TEMAS RELACIONADOS