Hace algunas semanas fui electa para encabezar el Foro de Mujeres de la Unión Interparlamentaria (UIP), durante la 146ª asamblea de organización celebrada en la ciudad de Manamá en el Reino de Bahréin. Fundada en 1889 por un pequeño grupo de parlamentarios, la UIP hoy reúne a 46,000 parlamentarios de 179 países miembro, y tengo la enorme fortuna de participar en ella desde hace seis meses. Encabezar el Foro de Mujeres de la organización es una responsabilidad que asumiré por los siguientes dos años y que me permitirá promover una causa muy cercana a mi corazón que me motiva todos los días: la igualdad para las mujeres. Estoy convencida de la necesidad de avanzar una agenda más inclusiva y representativa para las mujeres de todo el mundo pues, aunque representamos el 49.5% de la población mundial, hace falta impulsar nuestra participación política. hoy, sólo 26.5% de mujeres ocupan posiciones en los parlamentos del mundo.

Desde la trinchera de México he sido partícipe de distintas iniciativas impulsadas por mis compañeras legisladoras para avanzar la agenda de las mujeres en nuestro país, por ejemplo, una serie de reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que reconocen la violencia digital como un delito y sancionan la violencia cibernética. Hoy, a raíz de mi participación en foros internacionales como la UIP, reconozco en la arena internacional un espacio idóneo para promover la cooperación y el intercambio de buenas prácticas en beneficio de México. Por esto, decidí postular mi candidatura para encabezar el Foro de Mujeres Parlamentarias de la UIP. Porque creo que este espacio me permitirá identificar oportunidades y nuevos espacios de colaboración para las mujeres de México y del mundo.

Ganar la elección para encabezar el Foro de Mujeres Parlamentarias fue un proceso arduo. Mi contendiente principal fue Hala Ramzy, una parlamentaria del Reino del Bahréin, quien hasta el día de la elección ocupó el cargo de vicepresidenta del Foro, y contaba con el apoyo de las autoridades del país anfitrión. Así que, para asegurar la candidatura, primero debí obtener el respaldo de México a fin de ser postulada como candidata de nuestro país y, posteriormente, ganar el apoyo de nuestro grupo regional, el de América Latina y el Caribe también conocido como GRULAC. Una vez asegurado el apoyo de mis pares latinoamericanos debí competir enfocarme en ganar los votos del resto de los miembros de la UIP.

Durante días me dediqué a hablar con cada uno de los parlamentarios miembros de la organización y manifestarles mi interés en encabezar el Foro. Entre otras cosas, entregué más de 200 cartas en la que explicaba mi trayectoria y motivación y realicé videos en los tres idiomas oficiales de la UIP —español, inglés y francés— para promover mi candidatura. Fue una campaña corta, estresante, pero eficaz. Compartir con mis colegas parlamentarios me permitió escuchar sus preocupaciones, al tiempo que pude aprender sobre la situación de las mujeres en sus países y delinear compromisos específicos para promover la participación política de las mujeres. Contra todo pronóstico, el día de la elección y tras dos rondas de votación, anunciaron mi nombre como ganadora al cargo de presidenta del Foro de Mujeres Parlamentarias de la UIP. Aún siento escalofríos al recordar ese momento, pues no sólo se trata de una responsabilidad que asumo con gran entusiasmo y humildad; también constituye un gran orgullo pues soy la primera mujer mexicana en asumir este cargo dentro de la organización.

Hoy, es tiempo de las mujeres y mi compromiso es con ellas. Por eso, a tan sólo dos meses de asumir esta honrosa tarea, he realizado un par de giras de trabajo. Primero, visité la Asamblea Nacional de Francia en donde pude aprender sobre el Índice de igualdad de género o Gender Equality Index, creado en Francia en septiembre de 2018. Este índice ayuda a las empresas a medir las desigualdades profesionales entre mujeres y hombres. Cada año, las empresas con al menos 50 empleados deben calcular y publicar los resultados de su índice. En la práctica, el índice proporciona una puntuación de 100 puntos que se calcula al considerar criterio como la brecha salarial de género; el número de empleadas mujeres que reciben un aumento de sueldo después de regresar de la licencia de maternidad; la paridad entre los 10 empleados con mayores salarios; y las diferencias de promoción entre hombres y mujeres.

La segunda visita de trabajo que realicé fue a Namibia, un país que apenas obtuvo su independencia en 1990. Fue una experiencia aleccionadora y conmovedora a la vez pues, entre otras cosas, tuve la oportunidad de conversar con mujeres parlamentarias como Emilia Amupewa. Emilia es una defensora de la libertad de su país y una sobreviviente de la guerra de independencia de su país en la que perdió una pierna. En Namibia inauguramos el primer foro de mujeres parlamentarias en ese país así que fue una visita muy satisfactoria. Confío en que este será el primero de muchos relatos sobre mi experiencia como presidenta del Foro de Mujeres Parlamentarias de la UIP, y una muestra de mi compromiso irrestricto con la causa de las mujeres.

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