Ayer, en la Arena México, Sandra Cuevas presentó su nueva organización política llamada "Por la Familia y la Seguridad". Durante el evento, se exhibieron pantallas LED gigantes con el mensaje "Sandra Presidenta", mientras la actual alcaldesa de la alcaldía más importante de México se posicionaba en la cima de un pilar de forma profética con los brazos abiertos. Durante el evento, también se rindió honores a la bandera (lo cual es ilegal), se empleo a personas que emulaban ser militares (lo cual obviamente, también es ilegal) y se inmortalizó todo en una foto acompañada de muchos niños (que por si lo sospechaba, si, es ilegal).

Al ver este tipo de eventos, es indudable que me nace la siguiente pregunta; ¿Para qué hacer este ridículo?

Un episodio similar ocurrió también en esta semana, con el spot de campaña del precandidato único de Movimiento ciudadano, Álvarez Máynez, donde aparece el actual gobernador en funciones Samuel García guardando unos tenis naranjas. En caso de que el tres veces doctor no lo haya advertido, los gobernadores tienen impedido participar en actos de proselitismo.

Ahora, igual que ocurre con el evento antes mencionado, ¿verdaderamente ambos servidores públicos no cuentan con un equipo legal que los asesore en cosas tan básicas? ¿Es tanta la ignorancia de la ley que ni ellos mismos sabían, siendo ambos abogados, que estaban cometiendo delitos?

Me parece que la explicación no radica en la ignorancia (al menos en el caso de su equipo legal). Considero que la causa proviene de una realidad aún más preocupante. Los políticos de la actualidad están dispuestos a exponerse a estos circos y a este sin número de infracciones a la ley, si ello les reporta visibilidad mediática.

La dinámica de las democracias modernas, para bien o para mal, se basa en gran medida en la publicidad generada por un candidato. Esto explica por qué cada vez es más común ver a políticos expresando ideas estrafalarias, adoptando posturas radicales o participando en situaciones ridículas, como ocurre con el nuevo presidente de Argentina, Milei o con el expresidente de EUA, Donald Trump (Que por cierto, ganó las preliminares en Iowa, perfilándose nuevamente como un serio aspirante a la presidencia).

Las estrategias de estos políticos se sustentan en la idea errónea de que "no hay publicidad negativa". Esto es, en realidad, una falacia. Existe publicidad que resulta perjudicial, siempre y cuando el público que la consume sea consciente de su perjuicio.

Por lo tanto, es imperativo que la ciudadanía sea más crítica con respecto a sus servidores públicos y la manera en que utilizan los recursos públicos. Debemos

juzgar, criticar y, sobre todo, denunciar la ilegalidad y repudiar el ridículo en las campañas políticas.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS