Las sorpresas en el Nuevo reglamento interior de la Secretaría de Cultura siguen comentándose en el mundo cultural. Todavía no queda claro cómo la dependencia, con su nuevo organigrama, manejará los asuntos internacionales y ahora se suma la preocupación de la comunidad fotográfica por la incorporación del Centro de la Imagen a la estructura de la Dirección de Bibliotecas Públicas, que desde hace años tiene severos achaques por la falta de presupuesto y no se da abasto para la cobertura nacional.
A alguien dentro de la dependencia le pareció que libros y fotos son equiparables por usar la palabra “acervo”, pero no contempló las diferencias o ignoró que el Centro de la Imagen hace mucho más que almacenar fotografías. Aprovechando la queja colectiva, la comunidad fotográfica nacional enumeró otras fallas del Centro, como la falta de constancia de sus programas, rezago en adquisición de foto contemporánea y el mal estado de sus instalaciones en la calle de Balderas. Veremos qué tanto escala el desacuerdo.
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