Por Luis Enrique Cruz Rodríguez
Integrante del Comité de Planeación del Colegio de Ingenieros Civiles de México
Estamos a menos de dos meses para que el Periodo de Transición del Poder Ejecutivo Federal culmine el próximo 1ro. de octubre con la toma de posesión de la presidenta electa, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Durante este Periodo de Transición – e incluso desde el Proceso Electoral – la Dra. Sheinbaum ha presentado diversos documentos que han ido delineando las políticas públicas a implementar en su gobierno, tales como 100 Pasos Para la Transformación y la estrategia de Prosperidad Compartida. Por ende, resulta natural que el siguiente gran hito para formalizar estas políticas públicas sea elaborar el Plan Nacional de Desarrollo (PND).

El Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), es el encargado de elaborar el PND. Una vez elaborado, el PND se somete a aprobación de la Presidenta de la República, quien, a su vez, lo envía a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el último día hábil de febrero de 2025 (i.e., el próximo 28 de febrero), quienes, a su vez, tendrán dos meses a partir de su recepción para aprobarlo y publicarlo en el Diario Oficial de la Federación.
El PND es el documento en el que el gobierno mexicano plasma la ruta a seguir para atender problemas prioritarios en el país e impulsar el desarrollo nacional, de él se derivan todos los Programas Sectoriales, Institucionales, Regionales y Especiales y permite predefinir el presupuesto público a ejercer durante un sexenio. Por ello, es de gran importancia para todos los mexicanos.
De acuerdo con la Ley de Planeación (Art. 21, 21 Bis y 21 Ter) el PND deberá:
Por su naturaleza, el sector infraestructura debería formar parte de un eje prioritario transversal y el PND debería incluir detalles sobre cómo este sector será impulsado. La estrategia de Prosperidad Compartida anunciada por la Dra. Sheinbaum ya incluye una serie de planes y proyectos para detonar los sectores de infraestructura de transportes (carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos), telecomunicaciones, energía, recursos hídricos, y la creación de polos de desarrollo de varios sectores productivos, además de infraestructura social y urbana. No obstante, lo anunciado hasta ahora responde primordialmente a la pregunta de ¿qué se hará?, pero quedan abiertas tres cuestiones fundamentales y es precisamente en el PND en donde surge una gran oportunidad para abordarlas. Estas cuestiones son:
La elaboración del PND requiere de la participación de todos los mexicanos. Esto lo contempla la Ley de Planeación (Art. 14), la cual indica que para la elaboración del PND la SHCP debe tomar en cuenta a toda la Administración Pública Federal y los tres niveles de gobierno, así como de pueblos y comunidades indígenas, personas con discapacidad y la sociedad en general. Esto se ha hecho anteriormente: durante la elaboración del PND 2019-2024, se celebraron más de 75 foros con participación de diversos grupos sociales en cada una de las Entidades Federativas e incluso en las ciudades de Dallas, El Paso, Houston, Nueva York y Phoenix en Estados Unidos.
La participación de organizaciones gremiales especializadas como el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) en los foros para el PND contribuirían enormemente para coadyuvar a responder las cuestiones sobre el sector infraestructura, planteadas párrafos arriba y plasmarlas en el PND. Para lograr una prosperidad compartida, es impostergable que el gobierno tome en cuenta las voces de todos los grupos sociales y establezca un trabajo conjunto con organizaciones gremiales especializadas como el CICM en aras de potenciar el desarrollo de infraestructura desde su concepción en los próximos seis años, pues al ser un eje fundamental para el crecimiento de México, requiere de voces expertas con un enfoque multidisciplinario para desarrollarse en beneficio de todos los mexicanos.