La siguiente historia fue relatada por dos fuentes que vivieron la anécdota de manera directa. Ambas ocuparon puestos públicos durante la Presidencia de Felipe Calderón.

En una de las oficinas involucradas sonó el teléfono. Tomaron la llamada y del otro lado de la línea estaba “El Gallo”. Así le decían al michoacano Salvador Vega Casillas, en ese entonces titular de la Secretaría de la Función Pública.

“El Gallo” llamaba para interceder por el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Quería que funcionarios de esa oficina a la que llamó detuvieran todas las investigaciones “porque las cosas se estaban calentando”.

Esos funcionarios, efectivamente, habían encontrado evidencia clara de que el “superpolicía” participaba en el delito de lavado de dinero a través de distintos negocios, uno de ellos era un restaurante en Cuernavaca, Morelos, a nombre de su esposa.

“El Gallo”, me relatan, pidió el favor más con un tono de miedo que de complicidad. En el propio gabinete calderonista sabían de lo que era capaz García Luna. Apenas con unos días de diferencia hizo una de las suyas y les mandó un mensaje.

Un grupo de los funcionarios que investigaba el delito de lavado de dinero viajó de la Ciudad de México a un estado vecino. Tomaron carretera. En un punto alejado de poblaciones o de posibles testigos, camionetas de la Policía Federal les dieron alcance y con el tumbaburros comenzaron a impactar el coche en el que viajaban, para intimidarlos. Los funcionarios hablaron por teléfono a los superiores para reportar el incidente y la orden fue que regresaran en el próximo retorno.

Las mismas fuentes me relatan que García Luna siempre iba un paso adelante en los operativos e investigaciones en su contra. Tanto, que estos funcionarios comenzaron a sospechar de algún infiltrado. Finalmente, la historia arrojó que había cámaras y micrófonos por todas sus oficinas. Los tenía completamente vigilados.

Después de todo, la investigación quedó archivada desde adentro.

Al escuchar el relato, me surgieron dos preguntas para ellos: ¿Qué le encontraron de narcotráfico? Ambos me respondieron que de eso, nada. Luego, hice la segunda aunque no alcancé a completarla, cuando ellos la concluyeron: Si lo del lavado de dinero lo sabía Salvador Vega Casillas, también lo sabía el expresidente Felipe Calderón.

Stent : En un edificio de la avenida Puente de la Morena, de la Alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México, una inquilina tiene más de un año sin pagar renta. Se apropió de un departamento dentro de esa vecindad y amenaza que va por la propiedad entera. Cada fin de semana, los policías del sector reciben el reporte de fiestas con consumo de drogas y alcohol ahí. No han podido hacer nada. La inquilina los amenaza con que su hermano puede cortarles la cabeza. La inquilina se llama Lenia Batres Guadarrama.

claudio8ah@gmail.com

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