En febrero del 2014, el corredor Ray Rice de los Cuervos de Baltimore , golpeó y noqueó a su entonces novia (hoy esposa) en un elevador del casino Revel en Atlantic City. Meses después, cuando el video del incidente (desconocido hasta ese entonces) fue expuesto públicamente a través del portal TMZ, el equipo decidió ese mismo día finalizar la relación laboral con el jugador. Posteriormente, la NFL anunciaría una nueva política para desalentar la violencia doméstica en su gremio: primer incidente, seis partidos de suspensión; segundo incidente, expulsión permanente de la liga. Rice no volvió a ser contratado por ningún otro equipo y su carrera como jugador profesional terminó abruptamente.

Para mi hija Valeria 

Vale la pena mencionar que el dueño del equipo ofreció una disculpa pública a sus miembros y seguidores mencionando que la directiva debió haber actuado antes y llevado a cabo su propia investigación… “lamentamos haberlos decepcionado”, dijo.

Por otro lado, en marzo del 2020, el mediocampista Renato Ibarra del Club América, golpeó a su esposa embarazada, Ibarra fue detenido por la policía en su hogar y permaneció en la cárcel por varios días. El América (al igual que Televisa) jugó un papel de espectador como si no tuviera dicho alguno sobre los hechos. La presión en medios y redes sociales no cesó y seis días después de la agresión, finalmente, el equipo decidió darlo de baja de sus filas. Sin embargo, el Atlas de Guadalajara lo contrató al poco tiempo.

Llama la atención que el entrenador, Miguel “Piojo” Herrera, declarara en diferentes momentos: "No sabemos bien que pasó y si nos dicen que sigue o no, es decisión de la directiva. Como ser humano merece una segunda oportunidad”. “La verdad es un gran jugador, nadie quiere que se vaya del club”. “Es un ser humano que cometió un error grave, pero como miembro del club le tienes que abrir las puertas". Me pregunto si Herrera mantendría la misma opinión si Ibarra fuera su yerno.

La cereza del pastel fue el vergonzoso silencio que guardaron la Liga MX y la Federación Mexicana de Fútbol respecto a este incidente. Brutal es la ignorancia de unos, al igual que la indiferencia de otros.

Acabamos de leer dos ejemplos muy similares en donde el tratamiento, consecuencias y aprendizaje fueron totalmente opuestos. ¿Son acaso los norteamericanos más feministas que nosotros? ¿Sus valores difieren de los nuestros? ¿La ley allá sí funciona ante la violencia doméstica? ¿Anteponen las organizaciones los valores esenciales sobre su propio beneficio? Preguntas como estás sobran y no suele haber respuestas. La violencia ejercida sobre la mujer en nuestro país ha sido, y continuará siendo, un tema malentendido y lleno de controversias.

En estas últimas semanas hemos sabido de agresiones a mujeres que deberían ofendernos profundamente como sociedad en su conjunto. Desde el torpe alcalde de Tototlán, Jalisco, que mediando en un conflicto por acoso sexual, le dijo a la denunciante: "Así vestidita te ves hermosa, te ves guapísima, cómo te ha de disfrutar tu marido", pasando por las malabareantes declaraciones de la secretaria de Gobernación del por qué desestimó violaciones graves a los derechos de la valiente periodista Lydia Cacho en su caso de tortura y detención ilegal; de ahí a la absurda postulación del impresentable Félix Salgado Macedonio de la 4T a la gubernatura de Guerrero siendo que ha sido acusado por violación en más de una ocasión.

El último de estos sucesos indigna, ofende, enoja y rompe el corazón. Mariana Sánchez, estudiante de medicina que llevaba a cabo su servicio social en Nueva Palestina, Chiapas, denunció el haber sido acosada y agredida sexualmente por un compañero a las autoridades de salud, al igual que a las de su universidad, mismas que respondieron con pasividad e indiferencia criminal, ya que posteriormente Mariana fue hallada muerta en su habitación (yo no compro la versión del suicidio ni de lejos).

Todos estos casos, cada uno en su justa dimensión, son plataformas con un enorme potencial para enviar un mensaje de compromiso, interés y amor con un sector vulnerable como las mujeres. No entiendo por qué si alguien puede marcar una auténtica diferencia, prefiera voltear hacia otro lado y fingir como si nada hubiera pasado. Tal vez habría que mirarle a los ojos a cada uno y preguntarles cara a cara... ¿Y si ella hubiera sido tu hija?

Consultor en seguridad y manejo de crisis 
 Twitter: @CarlosSeoaneN 

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