La palabra masacre precisa el asesinato de varias personas con una particular condición: la indefensión de las víctimas ante su verdugo. El diccionario de la Real Academia Española la define como “matanza de personas, por lo general indefensas, producida por un ataque armado o causa parecida”. Otras fuentes la citan como “matanza salvaje de personas”. Lo que es claro es que, durante tal aniquilamiento, existe una enorme desigualdad entre los victimarios y sus víctimas. Los primeros son alevosos, cobardes, crueles y abusan sobremanera de su armamento y poder físico. Normalmente, estos actos conllevan una motivación pasional y muchos sacrificados son agredidos de manera totalmente innecesaria.

Es imposible no ver cualquiera de estas definiciones como un acto abominable, inhumano en su máxima expresión y reprobable en todos los sentidos. Por ello sorprende y provoca un enorme malestar escuchar al Presidente reír con sorna después de haber proyectado en su ritual matutino del viernes pasado el titular de la primera plana del periódico Reforma “Suma México 45 masacres”. Entristece profundamente ver queLópez Obrador prefiere mantener el encono con aquellos que no simpatizan con su gobierno antes que mostrar algo de respeto y compasión con los cientos de víctimas (muchas de ellas inocentes) y sus familiares.

En estas acciones criminales han perdido la vida niños, adolescentes, mujeres y hombres inocentes cuyo único pecado fue estar en el lugar equivocado en el momento más desafortunado. Y en nuestro país, el peligro acecha al comer despreocupadamente en una taquería, asistir a un funeral, trasladarse al trabajo o incluso jugar videojuegos en un local comercial. No es necesario violar la ley o juntarse con narcotraficantes para ser agredido mortalmente. Recordemos que se han extinguido aquellos viejos códigos que mostraban cierto respeto por parte de los criminales de abolengo hacia la sociedad.

Esta administración finalizará el primer tercio de su sexenio en un par de meses y las matanzas son ahora, constantes, incontenibles. Ya no ocurren durante los primeros días de su gestión, lo cual pudo servirle de escudo temporalmente. Han transcurrido casi dos años y prácticamente todos los días hay homicidios colectivos con tres o más víctimas, como las define la organización civil Causa en Común. Pese a la gravedad del tema, durante el segundo informe presidencial el Presidente presumió que “ya no hay masacres en México”. Me pregunto, ¿qué entenderán López Obrador y su equipo por masacre? ¿Solo Tlatelolco (1968) y el jueves de Corpus Christi (1971) entrarán en su diccionario?

Es insostenible el discurso oficial con base en “la guerra contra el narco” durante el mandato del expresidente Calderón para justificar hechos presentes de los cuales no se acepta responsabilidad alguna. Los norteamericanos, sobre todo aquellos en tareas de seguridad, tienen un dicho: “Not on my watch”. Refiere que algo malo no ocurrirá mientras ellos vigilen o mientras estén a cargo. En México no acabo de entender quién vigila o está a cargo cuando desde el gobierno culpan al pasado y a exfuncionarios, mientras los que tienen las riendas del poder voltean hacia otro lado.

Todos sabemos que gran parte del triunfo de López Obrador se debió a la promesa de pacificar al país cambiando la estrategia en materia de seguridad pública, pero recorridos 22 meses las cosas siguen igual o peor y no vemos luz al final del túnel. Terminará el sexenio y todo apunta a que esta administración no asumirá responsabilidad ante resultados desastrosos. Aunque parezca broma, Arturo Durazo se irá de la Secretaría de Seguridad para postularse como candidato al gobierno de Sonora, claro, con el aval de su jefe. En la iniciativa privada hace mucho que hubiera sido despedido y en el gobierno lo premian, es absurdo.

Si el Presidente de todos los mexicanos ríe irónico y burlón ante masacres inocultables en las cuales mueren sus ciudadanos, mientras él vigila y cuestiona la información en los medios, hoy es posible concluir que el gobierno nos ha abandonado frente a los victimarios.

Especialista en seguridad corporativa
@CarlosSeoaneN

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