Es necesario que el gobierno de Claudia Sheinbaum inicie cuanto antes un espacio de trabajo ciudadano-gubernamental que nos oriente a lograr una gestión sustentable del agua y que incluya la participación de todos los sectores de la sociedad en la Ciudad de México. Cuando hablamos de ese tema, no nos referimos únicamente a que “abran la llave” o a que perforen más pozos de extracción del líquido, sino a que se integren las propuestas de la sociedad para lograr un manejo integral y socio-ambiental de la Cuenca del Valle de México, lo cual es indispensable para mejorar nuestras condiciones de abastecimiento de agua.

Esto implica abordar el problema desde sus causas y aspectos interrelacionados, como son la preservación de los suelos de conservación; el aumento de zonas de permeabilidad para recargar los acuíferos; la recolección y aprovechamiento energético de aguas residuales, entre otros. Una sólida educación socioambiental sería también un primer paso que nos ayude a pasar de la noción de “agua de la llave” a una más realista como podría ser “agua del ambiente”, ya que es necesario concientizar a la ciudadanía sobre el origen y procedencia del agua que consumimos, y la importancia de los servicios ambientales que los ecosistemas desempeñan en ese proceso, más allá de las tuberías.

La apertura de un espacio de trabajo como el que se propone, podría representar la oportunidad de ofrecer un nuevo ejercicio de diálogo y expresión a quienes aún no la han tenido, o que han asegurado ser ignorados en lo que consideran una imposición de proyectos que pueden ser incluso contrarios a la sustentabilidad, al bienestar social y al panorama de crisis climática que enfrentamos.

Para poner un ejemplo, hace pocos días la Secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México presentó las obras de restauración y rehabilitación implementadas en los humedales de Xochimilco y Tláhuac. Según lo comunicado, todo marcha con viento en popa, habiendo invertido una suma de casi mil millones de pesos para lograr tal cometido.

Sin embargo, desde otra perspectiva, en lo que parece una realidad ajena a ese anuncio, la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco ha mantenido una larga y férrea lucha mediante la campaña “Yo protejo el humedal”, denunciando la construcción de un gran puente vehicular en el Periférico Oriente, así como los impactos ambientales irreversibles que la obra puede ocasionar a los humedales de la zona. Desde entonces, la exigencia de revertir la obra y remediar el sitio no ha cesado.

La negativa por parte del gobierno a esa petición se ha acompañado de argumentos poco convincentes en cuanto a la necesidad de la obra para eficientar los traslados en el oriente de la ciudad. Esto a pesar de que las autoridades de movilidad saben muy bien que los puentes vehiculares terminan por generar un fenómeno vial conocido como “tráfico inducido”, en el que se termina generando un nivel de congestión vial aún mayor al inicial.

De esta manera, Xochimilco es un caso que muestra claramente la contradicción que puede existir entre el discurso oficial y los hechos en una zona que ha sido reconocida a nivel local, nacional e internacional como un sitio de necesaria protección ambiental. Esa contradicción se acentúa aún más cuando las protestas son minimizadas por las autoridades al decir que se trata de minorías, aludiendo a que la mayoría está conforme. Sin embargo, será bueno recordar que las minorías también son ciudadanía. Basta con echar un vistazo a la historia para notar que son en realidad las minorías informadas y concientizadas las que han marcado nuevas pautas para el progreso de las sociedades.

De ahí la necesidad de contar con un espacio de comunicación, interacción y trabajo entre la ciudadanía y el gobierno que sea más incluyente y abierto a todos los sectores de la sociedad, en el que la discusión sea continua, la apertura a escuchar sea auténtica, y en donde podamos esgrimir propuestas que permitan afianzar nuestras condiciones democráticas, así como tomar las mejores decisiones que nos permitan gestionar el agua de manera sustentable y justa para todas las personas de la ciudad.

Firma la petición para que el gobierno de la CDMX implemente un manejo sustentable del agua: https://actua.greenpeace.org.mx/claudia-sheinbaum-que-la-emergencia-climatica-no-nos-deje-sin-agua

Coordinador de Ciudades Sustentables de Greenpeace México.

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