Las campañas se intensifican y los candidatos aprietan el paso. La conquista por el votante indeciso polariza los mensajes político-electorales y las acusaciones mutuas se intensifican. La coalición de Morena insiste en el pasado ignominioso de los adversarios y en la consolidación de la transformación, la Alianza Va por México (PRI-PAN-PRD) acusa al gobierno de destruir las instituciones, engañar al elector y aumentar los rezagos sociales y el Movimiento Ciudadano se propone como una tercera vía a las dos opciones de bloques partidistas más visibles.

Las encuestas muestran una contienda más cerrada a la que se proyectaba hace un año y prevén, en caso de que las condiciones políticas no cambien radicalmente en una semana, que el Presidente López Obrador y sus aliados mantendrán la mayoría en la Cámara de Diputados. El debate entre los especialistas es qué mayoría: la relativa, menos del 50% de sus integrantes o la absoluta, con más de ese porcentaje, pero menos del 66%. La mayoría calificada, necesaria para reformar la Constitución, casi todos la descartan.

¿Quiénes serán los ganadores?

El presidente sólo y sólo si obtiene una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados que le permita controlar el proceso legislativo y la asignación presupuestal desde la Cámara de Diputados para proseguir con su proyecto político personal.

La oposición a AMLO sólo y sólo si logra en su conjunto más del 50% de la Cámara de Diputados para obligarlo a consensar las reformas legislativas y la asignación presupuestal, es decir, si se conforma nuevamente un gobierno sin mayoría en el que la negociación sea la fuente de los acuerdos parlamentarios y Morena y sus aliados pierdan la posición de fuerza que caracterizó la primera mitad del sexenio en curso.

El PAN si obtiene la primera minoría en la Cámara de Diputados que lo posicione hacia las elecciones presidenciales del 2024 y confirma en alianza su mayoría con el triunfo para gobernador en Querétaro, Chihuahua y Baja California Sur y regresa al gobierno en San Luis Potosí.

El PRI si conserva en alianza las gobernaturas de Campeche, Sonora y Tlaxcala y recupera Nuevo León y se convierte en la segunda fuerza en la Cámara de Diputados.

Movimiento Ciudadano si logra el triunfo en Nuevo León y Campeche y obtiene más votos que el PVEM.

El PVEM si consigue la gobernatura de San Luis Potosí y obtiene la posición de cuarta fuerza en la Cámara de Diputados.

Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México y Encuentro Solidario si conservan el registro como partidos políticos nacionales.

La ciudadanía si sale a votar y expresa su voluntad en las elecciones más grandes de la historia (por el número de cargos en disputa) y supera el porcentaje de participación electoral promedio en los comicios intermedios.

El crimen organizado y los operadores político-electorales si logran inhibir la participación ciudadana y con ello permitir que los candidatos afines a sus intereses obtengan triunfos en elecciones de baja concurrencia.

¿Quiénes serán los perdedores?

La Alianza Va por México si no evita que Morena y sus aliados obtengan la mayoría calificada suficiente para reformar la Constitución.

Morena si no consigue la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados como partido, sin considerar a sus aliados.

El PRD si no logra el 3% de la votación válida emitida y pierde el registro como partido político nacional.

El PT si no conserva su calidad de cuarta fuerza en la Cámara de Diputados que actualmente disputa con el PRI.

Mario Delgado y, por lo tanto, Marcelo Ebrard si Morena no gana por los menos 8 de las 15 gobernaturas en disputa.

Ricardo Monreal si su hermano David no obtiene la gobernatura de Zacatecas.

Claudia Sheinbaum si Morena sólo gana en 8 de las 16 alcaldías en disputa en la Ciudad de México.

Los promotores de la violencia si los ciudadanos salimos a votar en paz y orden, sin miedo a quienes la democracia les estorba.

Todos, si las reglas electorales no se respetan y prospera alguna nulidad por la intervención gubernamental (Federal o estatal) en los comicios o por alguna otra causal.

Rumbo al 6 de junio. Los ciudadanos debemos comprometernos con la democracia y acudir a votar. Hagámoslo por quien sea de nuestra preferencia o, en su caso, en contra de quien no queramos que nos represente. Esa es una decisión personal que se toma con base a nuestra circunstancia, ideología y preferencias políticas. Hay que saber escuchar todas las propuestas para que nuestro voto sea informado y razonado.

Lo importante es conservar un escenario democrático en el que las fuerzas políticas y los personajes públicos puedan ser ganadores o perdedores y los cargos se distribuyan por la preferencia de los ciudadanos tomando en consideración la pluralidad social. La uniformidad es atractiva sólo en los regímenes autoritarios. La tolerancia y la pluralidad son la esencia de la democracia.


Socio director de Sideris, Consultoría Legal
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