No hay fecha que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Llegó este 1° de julio, celebrado por el presidente López Obrador con un jolgorio en el Zócalo, y pues nada. Había prometido el presidente que justo en ese día la refinería en Dos Bocas comenzaría a procesar 170 mil barriles diarios de petróleo. “Se empezó a cargar de crudo la refinería de Dos Bocas”, es la excusa que dio López Obrador hace días, como si el verbo cargar fuera sinónimo del verbo procesar.

Justo en su discurso de ascensión al poder, el 1° de diciembre de 2018, López Obrador afirmó que costaría 8 mil millones de dólares la refinería y que ésta comenzaría a producir en el año 2021. Ese monto y esa fecha han sido modificados por él varias veces. De costar la refinería 8 mil millones de dólares, pasó a costar, oficialmente, 12 mil millones. Sin embargo, no pocos expertos ya estiman que el costo total rebasará los 20 mil millones de dólares y que el proceso de refinación estará en pie hasta fines de este sexenio. Todo ello a pesar de que en julio de 2022 el presidente “inauguró” la refinería.

Ahora bien, bajo una óptica energética más amplia, esos errores en el sector petrolero son, sin embargo, menos costosos que los que se han cometido en el sector eléctrico. Al final del día, si no se produce suficiente gasolina en México, pues entonces la solución es clara: se tiene que importar más. De hecho, por estas fechas Pemex está importando más de 500 mil barriles diarios de gasolina.

Pero, por otro lado, ¿qué puede hacerse cuando hay apagones? Este fenómeno, como se ha ejemplificado en las últimas semanas, ha comenzado a volverse recurrente y amenaza con volverse sistémico muy pronto. Los apagones son muy costosos para la nación en su conjunto y, sobra añadir, no es lo mismo importar barriles de gasolina a tratar de importar flujos de electricidad.

Al respecto, el presidente dijo hace unos días que “no van a haber apagones, hay reservas suficientes, reservas de energía eléctrica”. Pero eso no es verdad, es muy costoso tener reservas de electricidad. Ésta no se puede almacenar a no ser que se transforme en otro tipo de energía (mecánica o química).

La provisión de electricidad tiene tres componentes: la generación de ella, su transmisión y su distribución. La Constitución establece que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es la única empresa que puede encargarse de las dos últimas tareas. Pero la CFE no ha cumplido en este sexenio con su responsabilidad de mejorar y extender la red de transmisión en este sexenio, no lo ha hecho. Sin razonar, la atención del par de setenteros que dirigen la empresa y el país se ha centrado sólo en la generación de la electricidad, pues aborrecen el hecho de que las empresas privadas, más eficientes, le ganen mercado a la CFE.

Teníamos todo para convertirnos en una potencia en la generación de energía solar y energía eólica, pero no fue así. Los mayores errores de esta administración en materia económica, por no hablar de la salud o la seguridad pública, han sido la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la contrarreforma eléctrica aprobada en el 2022.

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