Una de las últimas ocurrencias del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), es que las grandes empresas mexicanas, por ejemplo Oxxo o Bimbo, pagan menos por su consumo de electricidad que el común de los mortales. Ah, cómo se ve que López Obrador nunca ha tenido en sus manos un recibo para pagar la luz. Cómo se ve que Manuel Bartlett Díaz no le entiende ni siquiera a la información que da la CFE en su propio portal. Cree al parecer que los hogares mexicanos tienen un consumo muy alto de electricidad, como el que él tiene en sus docenas y docenas de casas.

Para empezar, el costo de la electricidad que mencionan ellos, de más de cinco pesos por kilovatio-hora (kWh), no es pagado por la inmensa mayoría de los hogares mexicanos. Aproximadamente tan solo uno entre cada cuarenta hogares paga la llamada tarifa doméstica de alto consumo, la cual oscila en el orden de 5.2 pesos (la cifra varía de mes a mes). La tarifa promedio pagada por los hogares mexicanos es significativamente menor: es del orden de 87 centavos por kWh. Y en el caso de los hogares que están en regiones cuya temperatura promedio es mayor de 25 grados centígrados durante el verano, la tarifa se reduce aún más.

Por otro lado, Oxxo, una empresa mexicana tan exitosa por cierto que ya tiene un buen número de tiendas en Chile y Colombia, paga alrededor de 1.80 pesos por kWh. ¿Es eso mucho o poco? No faltará el iluso cuatroteísta que seguramente reclamará que nada más paga el doble que los de a pie. Bueno, pues la razón de ello es muy sencilla: mediante el uso de energías limpias, las cuales son mucho más eficientes que las fósiles, Oxxo produce dos terceras partes de la electricidad que requieren sus tiendas. Se autoabastece de manera inteligente, tan simple como eso.

Es probable que, por la naturaleza de sus carreras, ni López Obrador ni Bartlett hayan llevado un curso de Electricidad y Magnetismo en su vida, pero la que de seguro tuvo que haberlo llevado es Rocío Nahle, la secretaria de Energía. Aunque al parecer le pasó de noche. Una de sus últimas puntadas es la aseveración de que en invierno no puede producirse energía solar o energía eólica.

Al parecer Nahle no sabe que la gran mayoría de los paneles solares no son térmicos sino fotovoltaicos. Para que los electrones brinquen en las células fotoeléctricas no es necesario que haya un sol radiante, sino nada más que haya luz. Y hay otros paneles, los termodinámicos, que pueden producir electricidad hasta de noche.

Por otro lado la energía eólica, la energía cinética que se obtiene del viento, es típicamente mayor en invierno que en verano, no al revés como afirma la secretaria de Energía. Esto hace, por cierto que se complementen de manera armónica la energía solar y la energía eólica.

Debido a las grandes variaciones en el precio del gas, los países de la Unión Europea se proponen, para fines de esta década, generar mediante energías renovables dos tercios de la electricidad que requieren. Estados Unidos se propone hacer algo similar. ¿Será que ellos no saben de lo que hablan y nosotros sí?

Profesor del Tecnológico de Monterrey