En su fiesta del Zócalo, el presidente presumió que habían bajado los asesinatos. Según los datos oficiales, citados por López Obrador, la baja fue de 0.7%. Así de ridículo. En ese mismo discurso, presumió la recuperación económica. Ayer salieron las cifras: la inversión cayó 1.6% y el consumo subió… 0.9%.

No es la primera vez que el presidente presume un cero en economía: en 2019 la expectativa era crecer 2%, pero su sola llegada al poder y la máquina de generar desconfianza a los inversionistas en la que se empezó a convertir el presidente, tumbó los pronósticos. Él apostó en la mañanera que la economía mexicana crecería 2%, que los analistas y las calificadoras estaban mal en sus pronósticos. El presidente perdió la apuesta: la economía creció sólo 0.1%. ¿Y qué hizo él? ¡Presumir como logro que no fue recesión!

La historia económica de 2020 y 2021 con la crisis de la pandemia se resume en una frase: México se cayó al doble y creció sólo la mitad. Es decir, cuando todos cayeron, México cayó mucho más. Y cuando todos se recuperaron, México se recuperó menos. Y así, mientras el presidente miente sistemáticamente diciendo que vamos saliendo de la crisis, que la recuperación avanza viento en popa, la realidad económica se le estampa: ya se frenó el avance, ya se perdió el impulso de haber tocado fondo, ya se congeló la recuperación. Así lo marcan los datos más recientes del Inegi. No hay otros datos.

Lo que hay son mentiras. Por eso se dan cifras inventadas, logros inexistentes, récords ajenos en fiestas organizadas para ensancharle el ego al presidente. La mentira es la tela con que se teje el traje del emperador.

SACIAMORBOS

El presidente sí es tapadera de corruptos, su plumaje sí está manchado, su lucha anticorrupción no existe: a sus opositores le encuentra o les inventa; a sus aliados, familiares, amigos y subordinados, los solapa y los protege. El esquema es muy claro: sus más cercanos maniobran desde hace décadas con dinero en efectivo para financiar al líder. De Bejarano a Esquer, de secretario particular a secretario particular, 15 años de fajos de billetes con ligas.

Los Corruptos de AMLO es una lista que crece y crece. Esta semana se sumaron Gertz, Esquer, Santiago Nieto y Denis Vasto. Y López Obrador no investiga a ninguno. A todos justifica. Su lema de “no mentir, no robar, no traicionar” está en el basurero de la historia, para usar su propia metáfora.

No sólo no cumplió las principales promesas de su largo viaje opositor, sino que hizo exactamente lo opuesto: militarización, más pobreza, opacidad, menos salud, más autoritarismo y más corrupción. Pero los aplausos no cesan.

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