Andrés Manuel López Obrador se exhibe como un presidente chiquitito. Es implacable contra los científicos, pero dócil con los narcos. Fue brutal en criticar a Trump, hasta que lo tuvo enfrente y se convirtió en su porrista. Con el Ejército en campaña anduvo muy envalentonado acusando a los militares de asesinos, y nomás llegó al poder, se entregó a los brazos verdes. Hay más ejemplos. La última: le tuvo miedo a que lo pudieran increpar en una visita al Senado.

El presidente AMLO había confirmado su asistencia a la Cámara de Senadores para entregar la medalla Belisario Domínguez, máxima distinción del Estado. La galardonada es una de sus referencias históricas: la economista y política de izquierda, Ifigenia Martínez. ¿Por qué canceló el presidente? Porque una senadora, Lilly Téllez, subió un tuit: “El violador serial de la Constitución, el señor presidente López Obrador, vendrá al Senado la próxima semana; es preciso hacerle frente”.

El tuit, francamente deslavado si lo comparamos con las agresivas palabras cotidianas del primer mandatario, empequeñeció al presidente. Y prefirió cancelar su visita al Senado. Argumentó que “no hay necesidad de exponernos, no es Andrés Manuel, es la investidura”. Un hombre que por décadas hizo campaña insultando e increpando a los presidentes de los que fue opositor. Un hombre que se rodeó de políticos (diputados, senadores, dirigentes) que, por décadas, gritaron a los presidentes que iban al Congreso, los interrumpieron, insultaron, les sacaron mantas y pancartas, se ponían máscaras, bloqueaban accesos, tribunas, vialidades… ahora se escandaliza por un tuit de una senadora que, por cierto, llegó a la Cámara impulsada por Morena.

A mitad del camino, el presidente se hace chiquitito.

Saciamorbos

1.- Existía una gruesa carpeta en el escritorio del presidente. Él se la mostró a quien se la tenía que mostrar… y luego tomó la decisión de no hacer nada. Ahora, el joven gobernador plantea una nueva relación con el gobierno federal. ¿Así de fácil suma gobernadores a su causa?

2.- Hay cuatro secretarios del gabinete federal que saben que el presidente ya anduvo ofreciendo sus puestos a otras figuras de la 4T. Es decir, saben que están políticamente muertos, sólo que no les ha llegado la famosa llamada de “el presidente le quiere ver en Palacio ahorita” para hacer su clásico video de relevo.

3.- Cuentan que con semanas de anticipación el presidente le avisó a su “hermano”, entonces gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, que lo iba a requerir en Gobernación. Pero que la llamada de confirmación fue francamente precipitada: una especie de “vente para Palacio, pero ya”. Cuando llegó, ya estaba todo listo para grabar el clásico video de relevo, con Olga Sánchez Cordero, la secretaria saliente, y el primer mandatario. O sea que le avisaron con tiempo… pero luego le dijeron de última hora.

4.- ¿Será que se despeja el terreno para incorporar a la fiscalía anticorrupción a una figura famosa de un partido de oposición, pero que ha coqueteado con el obradorato? Imagínese el jaque mate: un fiscal de oposición persiguiendo a ¡la oposición!

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