Hasta hace unas horas, casi nadie había escuchado hablar de Elías Gerardo Valdés Cabrera. En su zona de influencia —Coahuila y Nuevo León— no se le ubica en círculos políticos ni empresariales. Por eso su caso es todavía más extraño: desde que la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega lo nombró en 2019 su cónsul honorario en el norte de México, Valdés Cabrera ha recibido del gobierno de López Obrador 130 contratos que suman más de 3 mil millones de pesos.

La empresa de Valdés Cabrera se llama SEICSA. Se dedica a ofrecer servicios de seguridad y espionaje industrial. Tiene contratos con la Fiscalía General de la República, la Comisión Federal de Electricidad, el Banco del Bienestar, el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado y el IMSS, por citar algunas de las 20 instituciones gubernamentales con las que ha hecho negocio.

¿Qué hace un cónsul honorario de Nicaragua volviéndose súbitamente multimillonario contratista de la 4T? Es un misterio.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores, los cónsules honorarios son personas de reconocida probidad en sus comunidades, profesionistas, empresarios o individuos conocidos ampliamente en la ciudad o región en la que representan a un país extranjero. El señor Valdés era un empresario de bajo perfil, dueño de una empresa de seguridad privada. A partir de su nombramiento como cónsul honorario de la dictadura de Nicaragua, su negocio con el gobierno despegó estratosféricamente.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lleva 15 años en el poder. Ganó las más recientes elecciones encarcelando o exiliando a cualquier opositor que le hiciera competencia. Es de los consentidos de López Obrador. Como el dictador cubano Miguel Díaz Canel, a quien se acaba de recibir en México con pompa y circunstancia, y que nada más el año pasado contabilizó mil presos políticos. Mil. Díaz-Canel aterrizó en México con una sonrisa y despegó con la Orden del Águila Azteca en el pecho, el compromiso de que le organizaremos una Cumbre de Países Progresistas y más de 2 mil millones de pesos en el bolsillo: 1,600 en compra de medicinas, 650 millones a través del programa de médicos y entre 20 y 100 millones más por suministrar la grava a las vías del Tren Maya.

Anoche, en el nuevo espacio informativo diario a mi cargo en Latinus, presentamos un reportaje en el que se revela el extraño caso del multimillonario cónsul Valdés. SEICSA no solo ha sido ya señalada por la Auditoría Superior de la Federación, sino que sus trabajadores han denunciado que les pagan 250 pesos por un turno de 12 horas y les cobran penalidades que ascienden a dos días de sueldo por cada día faltado. Han acusado que se contrata personal que no está debidamente capacitado para portar armas de fuego ni para cuidar las sucursales del Banco del Bienestar.

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