Las medidas tomadas por los gobiernos para frenar la pandemia del COVID-19 pueden desencadenar escenarios de recesión económica en los distintos países afectados. Sin ir más lejos, ayer la agencia calificadora Moody’s adelantó una contracción del PIB mexicano de 3.7% y prevé que la respuesta fiscal de México sea muy limitada.
En México, el Gobierno federal aún no se ha pronunciado sobre medidas de estímulos o facilidades fiscales. Sin embargo, vale la pena destacar que históricamente, el Gobierno federal ha brindado diversos apoyos a los contribuyentes en situaciones vulnerables como la que estamos viviendo actualmente, tales como desastres naturales y la pandemia de influenza AH1N1 durante 2009. Es urgente que el Gobierno aborde esta cuestión para dar certidumbre a los agentes económicos.
La OCDE ha sugerido a los países afectados algunas medidas económicas y de política fiscal como: diferir las contribuciones de seguridad social; proporcionar beneficios fiscales para los trabajadores de la salud y de emergencias; diferimiento del IVA, contribuciones de comercio exterior, o impuestos especiales para productos importados (p.ej., alimentos, medicina, bienes de capital, etc.); acelerar los procesos de devolución de IVA; flexibilidad en la amortización de pérdidas fiscales; ajustes en la determinación de pagos provisionales; extensión en los periodos de pago o presentación de declaraciones; y eliminar multas y recargos por el pago extemporáneo de contribuciones, entre otros.
Algunas cámaras y agrupaciones empresariales, como el Consejo Coordinador Empresarial y Confederación Patronal de la República Mexicana, han propuesto medidas como acelerar los procesos de devolución de saldos a favor de IVA, permitir la depreciación acelerada de inversiones durante 2020 sin límite de área geográfica y acelerar pagos pendientes a proveedores de PEMEX, suspender temporalmente los pagos provisionales de ISR, IEPS a gasolinas y diésel y actos de fiscalización, establecer estímulos fiscales al empleo e inversión, y mejorar la disponibilidad para financiamientos a través de Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior.
Con base en las experiencias de otros países y estas recomendaciones, el Gobierno federal debería tomar las medidas fiscales enfocadas en reducir los efectos adversos en el desempleo, la inversión, el consumo y la liquidez de los negocios. Es importante que las medidas en cuestión permitan incrementar la confianza, no sólo de los consumidores, sino también de la inversión nacional como extranjera.
Dentro de las medidas fiscales que pudieran estarse analizando en México, comprenderían las siguientes:
Extensión, pago a plazo o diferimiento en los periodos de pago de las contribuciones por un tiempo determinado.
Aceleración de devoluciones de impuestos para contribuir con la liquidez de los contribuyentes.
Posibilidad de poder deducir ciertas inversiones al 100% por al menos un par de años.
Medidas fiscales para incentivar la contención y retención de la fuerza laboral en un escenario económico recesivo y de desaceleración en la actividad económica.
Extensión en la presentación de declaraciones de pagos provisionales y anuales.
Extender el plazo de amortización de pérdidas fiscales generadas en el ejercicio de 2020 y 2021 por hasta 10 años más al plazo establecido, considerando los efectos económicos adversos de la depreciación del peso frente al dólar.
Suspender la limitante de la deducción de intereses conforme a la nueva regla del tope del 30% sobre la utilidad fiscal ajustada (EBITDA fiscal) o en su caso permitir una deducción mayor para aquellos contribuyentes que se encuentren apalancados o necesiten fuentes adicionales de financiamiento para contener los efectos económicos adversos.
Posibilidad de disminución de pagos provisionales por todo el ejercicio y no solo por el segundo semestre del año.
Facilidades en los requisitos para poder deducir cuentas incobrables e inventarios obsoletos.
Permitir un mayor tope de deducciones por donaciones relacionadas con la contingencia sanitaria.
Facilidades en la reorganización de sociedades de un mismo grupo.
Permitir un mayor tope de deducciones personales a las personas físicas en su declaración anual.
Modificar de manera temporal las tarifas mensuales y anuales aplicables a las personas físicas en donde se ajuste la carga tributaria buscando hacer frente a una eventual falta de liquidez de los contribuyentes.
Si bien las medidas propuestas por el sector empresarial y la OCDE plantean beneficios para los contribuyentes, en especial el sector de la pequeña y mediana empresa, también se deben considerar las necesidades que tiene el Gobierno de México de obtener recursos para sostener sus finanzas, teniendo en cuenta factores adversos como la baja del precio del petróleo o la depreciación del peso, entre otros.
Las reacciones por parte de los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá han sido rápidas. En el caso específico de México, será de especial relevancia el poder implantar y ejecutar el tipo de medidas fiscales a la luz del contexto económico actual y el panorama recesivo que se prevé en México.
Prestemos atención a los anuncios que el Gobierno en los siguientes días y que se ejecuten lo antes posible para mandar un mensaje contundente al mercado sobre las medidas fiscales de apoyo a la economía mexicana.