Por Juan L. Kaye Lopéz

Todos o casi todos sabemos de su existencia, pero poco se habla de “ese laboratorio social que debía de ser la base, para construir políticas publicas respecto al trabajo nocturno que en ella se da como una constante”.

Algunos datos que dan una idea…

En la central de abastos laboran diariamente unas 90 mil personas, de ellos 15 mil son carretilleros y diableros y a lo largo del día por la intensa actividad comercial medio millón de personas acuden a comprar, vender, almacenar, retirar mercaderías de todo tipo en el que a no dudarlo es el centro de comercio mayoritario más grande del mundo.

Pero durante las fiestas decembrinas, la actividad de suyo incesante se multiplica por la presencia de nuevos actores como lo son cientos de artesanos provenientes de diversas partes del país con el animo de vender productos como nacimientos, esferas navideñas, flores, etcétera, que duermen casi a la intemperie…

La Central de Abastos de noche

  • Circulan diariamente mil tráilers, 750 camiones Torton y mas de 30 mil camionetas y automóviles.
  • Los 15 mil diableros y carretilleros en horario nocturno inician labores a partir de las 3 a.m. y suelen retirarse pasado el mediodía, en que son relevados, por otros miles de personas que cubren el turno diurno hasta las 3 horas del día siguiente.
  • En el mes de diciembre y hasta el día de reyes además del enloquecedor ritmo de actividad, se abre la “romería navideña” con la presencia de productores de artesanías, alimentos de temporada, arbolitos, dulces tradicionales provenientes de Tlaxcala, Puebla, Estado de México y de alcaldías como Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan y Milpa Alta.

Todos estos productos se ubican en el denominado “corredor ecológico” de la CEDA con mas de 900 sitios de venta.

  • Toda esa vorágine con adición a lo que incrementa la actividad de la temporada decembrina, inicia con el ingreso por la noche de miles de toneladas diarias de productos para alimentar en buena medida a 21 millones de habitantes.
  • Artesanos, cargadores, diableros, carretilleros trabajan, descansan, se alimentan y prestan sus servicios en condiciones de gran precariedad, sin salarios acorde a su esfuerzo que implica el trabajo nocturno, sin sitios adecuados para su descanso, aseo y alimentación, noches heladas trabajando a la intemperie son una constante.

Algunos acondicionan pequeños espacios con lonas donde dormirán entre 2 y 3 horas entre cada jornada de 24 hrs.

Curiosamente la madrugada es siempre la mejor hora para vender y ese caos “ordenado” de comercio ve crecer sus flujos a partir de las 3 am., hora en que todas las bodegas están llenas, los diableros esperan en las escaleras de las naves para cazar clientes y la basura que se va acumulando es creciente.

Mientras tanto, el frio de la madrugada se apodera de la ajetreada vida de la Central.

Problemas visibles en esa ciudad nocturna

  • Falta de transporte para los trabajadores de distintas naves, que llegan a las 10 u 11 de la noche y se retiran a las 5 o 6 de la mañana, mas grave aun para los que llegan y salen a las 3 a.m.
  • Servicios sanitarios insuficientes y de calidad.
  • Problemas de seguridad al interior (no olvidar las enormes cantidades de efectivo que se mueven diariamente y por la noche).
  • Falta de servicios de atención a la salud de los trabajadores para atender accidentes laborales de diversa índole.
  • Solución a necesidades de pernocta y servicios para artesanos y asistentes a las romerías que se generan a causa de celebraciones como día de muertos y las fiestas decembrinas…

Concluyo

El trabajo nocturno es un tema carente de política pública que merece una revisión en el Congreso de la Unión y Congresos Locales.

Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación Mexicana de Urbanistas.

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