La automatización es un concepto tradicionalmente relacionado con el mundo de la tecnología; no obstante, consiste simplemente en usar una tecnología para realizar tareas en menor tiempo y de manera más fácil o sin la necesidad de que intervengan personas. Es común, por ejemplo, en industrias como la de manufactura, ver la automatización en ciertos procesos específicos de ensamble.

Actualmente, la automatización es en realidad el resultado de la aplicación de una combinación de tecnologías previas. Entre más tiempo pasa, más disponibilidad de tecnologías tenemos y, por lo tanto, la posibilidad de combinaciones es cada vez mayor. Por esta razón, el desarrollo tecnológico muestra tal crecimiento potencial y, a su vez, trae beneficios para la sociedad en distintos ámbitos.

Para las empresas, es importantísimo tener claro cómo la tecnología puede cambiar la forma de trabajar, la forma de operar, y la forma de hacer negocios, tanto en el corto, mediano, como en el largo plazo. En términos más ejecutivos, la automatización permite que las empresas sean más productivas, tomen decisiones con mayor rapidez, reduzcan costos, encuentren nuevas formas de generar valor al consumidor, y tengan acceso a oportunidades de negocio que resultaban inaccesibles. Por esto, cada vez son más los directivos que se cuestionan si deben o no iniciar procesos de automatización empresarial.

Ciertamente, la automatización es un tema muy importante. Sin embargo, antes de automatizar hay que plantearse varias preguntas. Es decir, la automatización no resuelve problemas por sí misma: antes de aplicarla hay que pensar muy bien dónde y en qué nivel dentro de una empresa es requerida.

Toda actividad mecánica y repetitiva es buena candidata a ser automatizada. Normalmente, la automatización se va a aplicar en aquellos procesos que son muy repetitivos y donde el uso de mano de obra es muy intenso. Estos son los dos criterios o condiciones que un proceso debería tener para ser susceptible de ser automatizado. Por tanto, pregúntese: ¿alguno de los procesos dentro de mi empresa reúne estas condiciones? Si la respuesta es sí, entonces ese proceso es candidato a ser automatizado.

Las siguientes preguntas son si se puede o no, y qué tan costoso sería automatizar o no. Por ejemplo, dentro de la industria automotriz, hay algunos procesos que sí son muy automatizados porque precisamente reúnen las dos condiciones previas y porque es posible crear la tecnología de proceso que permite hacerlo con un esfuerzo relativamente bajo en la implementación y, sobre todo, el costo o el capital necesario para hacerlo no es demasiado alto. Por lo tanto, hay una compensación.

En contraste, tenemos la industria del vestido, donde a pesar de tener procesos muy repetitivos e intensos en mano de obra, la realidad es que hasta el día de hoy no contamos con la tecnología de procesos automatizados que nos permita obtener el mismo producto, de manera correcta, con la calidad requerida y, por supuesto, con el costo de capital necesario.

Por eso es muy importante plantearse primero cuáles son las características del proceso que se ha de automatizar y cuánto me va a costar hacerlo. Pero, sobre todo, que garantice que el ciclo de vida de la tecnología que esté implementando sea lo suficientemente largo como para poder pagar los costos de capital asociados.

 

Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School 

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