Por Vladimir Sosa Rivas
Desde el inicio de su gobierno, la presidenta Sheinbaum dejó muy claro el compromiso de impulsar las energías limpias y el cambio en la matriz energética del país, hasta alcanzar un 45% en 2030. Esta meta ha sido ratificada por la Secretaria Alicia Bárcena ante la Asamblea de Nacionaes Unidas y, más recientemente, durante su participación en la COP30.
Para cumplir este ambicioso objetivo México cuenta con una solución tecnológica de vanguardia de la que poco se habla: la Energía Eólica Marina. El país dispone de vastos recursos en el Golfo, las costas de Tamaulipas y Oaxaca y las penínsulas de Yucatán y Baja California. Su potencial técnico supera 1.6 teravatios de capacidad, casi 20 veces la capacidad instalada.
Aprovecharlo permitiría cubrir la creciente demanda eléctrica —en especial en picos de calor— y favorecer costos más competitivos para hogares y empresas. Invertir en esta fuente también reduciría la dependencia de combustibles importados, retendría beneficios en el país, generaría empleos y reforzaría un sistema eléctrico más resiliente.


Invertir en Energía Eólica Marina no sólo reduciría la dependencia del gas estadounidense, sino que garantizaría energía nacional, competitiva y limpia para hogares y negocios.
Mientras la era de la energía fósil barata se desvanece, los costos de las energías renovables siguen cayendo. De acuerdo con el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables, en 2024, el 91% de los proyectos renovables resultaron más baratos que cualquier alternativa fósil.
La economía de las renovables no sólo demuestra competitividad, también refuerza la seguridad energética y la soberanía nacional. Con mercados globales volátiles y costosas importaciones, el argumento para una red limpia nunca ha sido más fuerte.


La Secretaría de Energía, PEMEX y CFE reconocen las oportunidades y el potencial que ofrece la Energía Eólica Marina. La experiencia de PEMEX en ingeniería costa afuera y el conocimiento de CFE sobre la red y los mercados serán claves para expandir la Energía Eólica Marina. De cumplirse la meta presidencial, México podría ahorrar 1,600 millones de dólares en importaciones de gas, recursos que servirían para modernizar la red, desarrollar almacenamiento y reducir el riesgo de apagones.
Invertir en esta tecnología no sólo permitiría acelerar la transición energética, sino que transformaría este sector en un sólido pilar del Plan México para atraer inversión, integrarse a una industria global en auge y fortalecer la seguridad energética para las próximas generaciones.
México cuenta con capacidades, tecnología e infraestructura para construir una cadena de suministro nacional. Su industria electrónica aporta 2.5% del PIB y cada año egresan más de 110,000 ingenieras e ingenieros. Además, como uno de los 15 principales productores de acero, está bien posicionado para respaldar esta industria.

Finalmente, invertir en Energía Eólica Marina sería una garantía de bienestar para las comunidades costeras del país, para revitalizar sus economías locales y regionales, así como para impulsar nueva infraestructura y empleos en las regiones costeras del país.
En suma, la apuesta por la generación de Energía Eólica Marina es la mejor vía para lograr la meta del 45% de renovables en 2030, cumplir el compromiso de gobierno en la lucha contra el cambio climático y garantizar no sólo la soberanía energética del país y el bienestar social prometido por la 4T, sino para posicionar a México como proveedor líder de tecnología y conocimiento en América Latina, acompañando a países como Brasil y Colombia en su transición.
Vladimir Sosa Rivas, Director para Iberoamérica en Ocean Energy Pathway https://oceanenergypathway.org/person/vladimir-sosa/

