En los últimos 20 años, los gobiernos de nuestro país se han estado endeudando. A lo largo de ese lapso, además, México atravesó por una crisis económica mundial en 2008 y por una reducción de los ingresos petroleros.

En este periodo surgen muchas interrogantes respecto a la evolución del endeudamiento, entre las cuales sobresale la duda sobre qué tan cierto es que el gobierno de la 4T está cumpliendo con la promesa de campaña de no continuar endeudando el país y, si así fuera, entonces ¿cuáles son las razones del endeudamiento?

Para saberlo, tenemos el coeficiente de participación de la deuda como proporción del PIB, el cual no indica el nivel de apalancamiento con que cuenta el gobierno federal para liquidar sus pasivos en función del tamaño de la economía. El coeficiente muestra que la deuda desde el año 2000 se ha incrementado como porcentaje del PIB, ya que en ese año se ubicó en 40.31%, en 2006 en 37.42%, 2012 en 42.65%, 2018 en 53.61% y 2020 en 60.59%. Por ello, es difícil negar que el actual gobierno ha cumplido con su promesa de campaña.

Además, analizando por separado la tasa de crecimiento promedio anual de la deuda y del PIB, se observa que en el sexenio de 2000 a 2006 fue el único periodo en que la deuda externa cayó 5.87%, mientras que la tasa de crecimiento del PIB fue de 3.26% en términos reales. Sin embargo, en los siguientes dos sexenios la situación cambió.

En el periodo de 2006 a 2012 la deuda creció en 37% y el PIB en 1.94%. En el último sexenio, la deuda también se incrementó a una tasa de 39.19%, mientras que el PIB fue de 1.70%, y entre 2018 y 2019 la tasa fue de 3.14%, mientras que el PIB de 2.2%.

De lo anterior se desprende que el gobierno federal se ha venido endeudando sobre todo a partir de 2006 y no ha terminado de hacerlo, y que tal aumento ha estado por encima del crecimiento económico, lo cual pone en riesgo la sustentabilidad de la política fiscal y el perfil de riesgo país hasta el gobierno de la 4T.

¿Cómo se entiende esa situación? Por un lado, por el insuficiente crecimiento de los ingresos públicos, combinado con un incremento del gasto público, lo que explica en parte el aumento de la participación de la deuda como porcentaje del PIB. Asimismo, pone de relieve la caída del crecimiento económico en términos reales, sumada al aumento del servicio de la deuda, que pasó de 4.9% en 2018, a 5.07% en 2019, que ha estado presionando a las finanzas públicas del país.

Académico de UVM, Campus Lomas Verdes

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