Recientemente se anunció el cambio de titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la propuesta para que Arturo Herrera asuma la gubernatura del Banco de México en enero del próximo año. ¿Qué implicaciones tiene esto para el desempeño de la economía del país en los próximos tres años?

Recordemos que la recuperación económica depende en gran medida de la forma en que se conduce el país, que depende de la política económica. Por un lado, ésta se compone de la parte política, que implica la forma en que el gobierno federal (Morena y sus aliados) y la misma SHCP negocian con los partidos políticos de oposición en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores el Paquete Económico, del que forman parte el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos de la Federación.

También se compone de la parte económica, que tiene que ver con la ejecución el paquete económico. Para ello, la política económica se vale de dos instrumentos, siendo el primero la política fiscal, a cargo de Hacienda, cuya finalidad es que a través del manejo de los ingresos tributarios y del gasto público se logre el objetivo de crecimiento y desarrollo económico sostenido y sustentable que tanta falta le hace al país. Estos objetivos están establecidos en los Criterios Generales de Política Económica, donde se indican las metas a lograr en dicha materia, que se reflejan en indicadores de empleo, PIB, inversión, ahorro, tipo de cambio, etc. que propone cada año el gobierno federal.

El otro instrumento es la política monetaria, a cargo del Banco de México, cuyo objetivo primordial es mantener el poder adquisitivo del peso a través del control de precios y de una política de reactivación de crédito a través de la conducción adecuada de la tasa de interés.

Cabe señalar que la SHCP no es autónoma totalmente en sus decisiones, por lo que la política fiscal que se aplica en el país también depende de las decisiones del gobierno de la 4T. No ocurre lo mismo con el Banco de México, ya que es autónomo, por lo que las decisiones de política monetaria no dependen exclusivamente del gobierno federal, aunque cabe señalar que participan miembros de ambas instituciones en la conducción de la política económica, tanto fiscal como monetaria. Esto es así porque, en la práctica, las variables de inflación y de crecimiento económico están correlacionadas, es decir que el comportamiento al alza o a la baja de una de ellas afecta a la otra.

Lo que sí queda claro es que estos cambios reflejan que la parte política de la política económica puede influir en las decisiones de la política monetaria del país.

Por ello, puede poner en entredicho la autonomía de la política monetaria y los logros que a la fecha se han obtenido en materia de estabilidad de precios y tasa de interés, más que en los resultados de la política fiscal.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes.

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