A propósito de la iniciativa de las reformas a la Ley Orgánica del Banco de México que se pospuso para el mes de febrero de este 2021, es importante revisar la información de la forma en que son ingresados al mercado mexicano las remesas provenientes principalmente de Estados Unidos (EU).

Y esto porque parte de la discusión (además de poner en riesgo la autonomía del Banco de México) se centra en que el banco central compre las divisas que los bancos comerciales no pueden repatriar con sus corresponsales en EU. La propuesta tiene su origen en el hecho de que a las familias mexicanas que reciben las divisas les cuesta trabajo cambiar sus dólares en instituciones financieras establecidas en nuestro país, además de que en los comercios formales se los compran a un precio menor, de manera que terminan perdiendo dinero, o bien gastándolo en la economía informal, lo que puede dar lugar a que una parte de la divisa se utilice para lavado de dinero o financiar actividades ilícitas.

Cabe destacar que de las diversas formas en que ingresan las remesas familiares, las transferencias electrónicas encabezan el principal mecanismo de envío, que en los últimos 20 años ha crecido tanto en volumen como en monto. En segundo lugar, se tienen los money orders, que desde 2010 han disminuido, al pasar de mil 360 millones de dólares a 164 millones el año pasado. Por su parte, los cheques personales prácticamente dejaron de operar desde 2003.

En cambio, los ingresos en efectivo y en especie, que no pasan por instituciones financieras (y que está en discusión), se han mantenido en promedio en los últimos 10 años en 428 millones de dólares. Aparentemente, no significa nada, pero si lo comparamos con el gasto programable del año pasado y considerando un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, se obtiene la cantidad de 8 mil 560 millones de pesos. Ello representa el doble del gasto programable, que fue de 4 mil 407 millones de pesos.

Además, en proporción al total, el año pasado las transferencias electrónicas representaron 98.5% del total de remesas, tanto en volumen operado como en monto de envío, y la modalidad de dólares recibidos en efectivo y especie apenas 1%. Por ello, no tiene ningún sentido modificar la ley, sobre todo porque las transferencias electrónicas se han multiplicado por 7.5 desde el año 2000. Por supuesto, estos montos tienden a variar según el cobro de comisiones, el monto enviado y la variación del tipo de cambio.

Por ejemplo, en el cobro de comisiones varía según la empresa y la ciudad de origen. De acuerdo con la página electrónica de Profeco ‘Quién es quién en el envío de remesas’, considerando una transferencia de 300 dólares en promedio y el envío desde Nueva York, con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, las comisiones van desde 4 y hasta 15 dólares.

Por último, 96.6% de las remesas que ingresan al país provienen de América del Norte, sobre todo de EU, ya que nueve de cada 10 remesas que ingresan al país están en dólares.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes

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