En días pasado se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio fiscal 2022, estimándose un gasto neto de 7 billones 88 mil 250 millones de pesos. De este monto, se propuso un gasto neto programable de 5 billones 247 mil 296 millones de pesos (74%). Las prioridades principales son seguridad social y salud, con 30%, y le siguen fortalecimiento energético, con 21.6%, y educación, cultura y deportes para todos, con 16.91%, que representan 68.51% del total de gasto programable. Llama la atención que al gasto destinado a la seguridad y paz para México sólo le corresponda 4.76%, aun frente a la creciente ola de violencia que azota al país desde hace más de una década.

Desde el punto de vista de la clasificación funcional del gasto programable, las prioridades aprobadas continúan siendo las mismas que en años anteriores, con la diferencia de que los montos son mayores: desarrollo social, desarrollo económico y gobierno, respectivamente.

Con relación a la clasificación administrativa, los poderes y órganos autónomos fueron los más afectados, ya que en el gasto se colocó en primer lugar a las entidades de control directo y empresas productivas del Estado, seguidas del Poder Ejecutivo y de ramos generales.

En cuanto a la clasificación económica, se continúa con la misma línea de presupuestos pasados, al otorgarle mayor peso al gasto corriente, en segundo lugar, a pensiones y jubilaciones y, por último, a gasto de inversión.

Cabe señalar que, a pesar de que el gasto de inversión presenta un incremento de 14.3% respecto al año anterior, sigue siendo insuficiente para cubrir y atender los rezagos históricos de servicios públicos de calidad, de infraestructura, de transporte y comunicaciones que, como sabemos, son detonadores del crecimiento económico por el número de empleos que genera y por la derrama salarial. En este escenario, es importante que el gobierno se apoye en los proyectos de la iniciativa privada. Para el próximo año la inversión programada se va a destinar principalmente a inversión física presupuestaria, subsidios para el sector social y para entidades federativas y municipios y, finalmente, en inversión financiera.

Por último, con relación al gasto no programable, le corresponde el 26% restante del gasto neto total, con un incremento de 4.1% respecto al presupuesto anterior. Recordemos que este se asigna para pagar deudas pendientes, a gastos destinados a cubrir intereses, comisiones y todos aquellos rubros complementarios de la deuda, así como a recursos transferidos a estados y municipios a través del gasto federalizado que corresponde a un monto de 2 billones 108 mil 869 millones de pesos. De este, a las participaciones federalizadas les corresponde 48%, a las aportaciones federales 42%, convenios 5.28% y para el ramo 23 (subsidios) 4.7%.

En síntesis, esperemos que la propuesta del presupuesto, aprobado sin cambios significativos, por el gobierno de la 4T, se convierta en verdadero ejercicio de progreso y de desarrollo social y económico, tal y como se propone en la agenda 2030 de los objetivos de desarrollo sostenible capítulo México.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes
 

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