Mucho se ha criticado la forma en que el gobierno de la 4T ha llevado la economía del país desde que asumió el poder, sobre todo por los mínimos logros obtenidos a más de un año de gobierno. Y, como ya es una costumbre de los últimos gobiernos hacer promesas que no pueden cumplir, vale la pena mencionar cuales han sido los éxitos o fracasos en materia de inflación, crecimiento económico y empleo.

En el tema de inflación, se proyectó que sería de 3.2% para diciembre de 2019, de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2020. Lo cierto es que disminuyó. Pasó de 4.83% en diciembre de 2018 a 2.83% en diciembre de 2019, según el Banco de México, por lo que podemos señalar que se rebasó la meta propuesta. Sin embargo, cabe preguntarse hasta dónde el actual gobierno ha sido responsable del éxito obtenido, ya que es importante recordar que la institución encargada de controlar la inflación es Banxico y, desde abril de 1994, es autónomo en sus decisiones por mandato constitucional, es decir, que la disminución de la inflación obedece más al excelente trabajo que esta institución ha venido desempeñando en años recientes en su política monetaria de control de los precios.

Por lo que respecta a la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se estimó para 2019 en entre 0.6 y 1.2% según los Criterios de Generales de Política Económica (CGPE). Sin embargo, datos del año pasado revisados por el Inegi indican una tasa de crecimiento promedio de los tres primeros trimestres del año de 0%. Ahora que ya conocemos el reporte del cuarto trimestre del PIB, se confirma que la tasa de crecimiento económico cayó 0.1% en el año, impulsado en parte por la caída en el financiamiento otorgado por la banca de desarrollo, que en noviembre de 2019 registró una reducción real anual de 3.1% respecto a noviembre del 2018. Al interior de este indicador, el financiamiento al sector privado tuvo una tasa negativa de 3.0%; con respecto al mismo periodo de 2018, de acuerdo con la información de los agregados monetarios y actividad financiera de noviembre de 2019, emitida por el Banco de México.

Para este año, en las últimas semanas se ha comentado que la tasa de crecimiento de la economía, en el mejor de los casos, va a rebasar 1%. Por ejemplo, tenemos el caso de la encuesta que mensualmente lleva a cabo el Banco de México a los especialistas en economía del sector privado, quienes en promedio la ubican en 1.1%, esto es, por debajo de la tasa de crecimiento a nivel mundial que se estima sea de 3.3% según el Fondo Monetario Internacional e incluso por debajo de América Latina y el Caribe, donde se espera que sea de 1.6%. El mismo organismo calcula una tasa para México de 1%. El gobierno mexicano es más optimista al respecto, ya que, de acuerdo con los CGPE, estima que sea de 2%. En este contexto, es importante también señalar que el crecimiento económico está relacionado positivamente con la demanda de dinero y el año pasado, de acuerdo con cifras del Banco de México, la demanda de billetes de mil pesos cayó de 75.7 millones de piezas mensuales, a 69.6 millones de piezas, lo que indicaría, de seguir esta tendencia a la baja para este año, una disminución en los niveles de la producción y del empleo.

Como el desempleo es de los indicadores que más afecta a los ingresos de la población, conviene analizarlo con más detalle. Desde que el nuevo gobierno tomó posesión, observamos que la tasa de informalidad laboral (proporción de la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la naturaleza de la unidad económica para la que trabaja, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo) se mantuvo prácticamente en el 56% registrado en 2019, según Inegi. Es posible que esto obedezca a que en los primeros nueve meses la tasa de crecimiento fue prácticamente nula. Sin embargo, la tasa de subocupación (porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda) sí mostró un ligero repunte, pues pasó de 7% en el primer trimestre de 2019 a 7.7% en el tercer trimestre del mismo año. Seguramente fue en este rubro donde se vio reflejada la desaceleración de la economía, pues la población tuvo la necesidad de conseguir más y mejores fuentes de empleo ya que la tasa de desocupación se mantuvo en promedio sin cambios fuertes durante todo el año en 3.5%, según información de Empleo y Ocupación del Inegi.

En resumidas cuentas, la grave situación económica por la que atraviesa el país tiene que ver también con los problemas de inseguridad pública, el entorno económico internacional, los problemas de migración, de corrupción, del poco avance en los proyectos de infraestructura y de poco cumplimiento de la ley.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes

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