Por segunda ocasión, el gobierno federal, a través de la SHCP, anunció el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (Apecic). Esta propuesta publicada a principios de este mes de octubre complementa el Paquete Contra la Inflación y la Carestía propuesto el 4 de mayo de este mismo año. Era de esperarse que surgiera una iniciativa complementaria, ya que el paquete no cumplió con los resultados esperados y el nivel general de precios continúa aumentando. Al cierre de la primera quincena de mayo la tasa de inflación general anual se ubicó en 7.68% y para la primera quincena de septiembre en 8.70%. ¿De dónde proviene el aumento?

Recodemos que la inflación tiene dos componentes: subyacente y no subyacente. El primero se refiere a las modificaciones que tienen los precios de los bienes y servicios, cuyos cambios son más estables y además no están sujetos a decisiones del gobierno, de estacionalidad y volatilidad, por lo que refleja mejor el comportamiento de los precios a mediano plazo. El no subyacente, a diferencia del anterior, está sujeto a decisiones periódicas de precios del gobierno hacia ciertos productos y servicios, tal como sucede con algunos productos agropecuarios, tarifas públicas y precios de energéticos, como son gasolina, electricidad y gas. Como estos últimos son resultados de decisiones administrativas, la política monetaria restrictiva que ha venido aplicando el Banco de México para bajar la tasa de inflación ha sido poco efectiva y ello se ve reflejado con una tasa más alta que la inflación general, pues esta pasó de 8.77% a 9.96%, mientras que la subyacente se ubicó por debajo de la inflación general, ya que tan solo varió de 7.28% a 8.28% en el periodo revisado.

Se puede concluir entonces que la inflación es producto principalmente del componente no subyacente, que se distingue por ser de carácter volátil, temporal estacional. Es por esta razón que el Apecic busca frenar la inflación no subyacente por medio de medidas anunciadas, entre las que se encuentra poner freno al aumento de las gasolinas, pues la contribución de los energéticos a la inflación anual ha sido de 6.2% en la primera quincena de septiembre, y la de los alimentos, de 4.2%. Otras medidas han sido congelar o mantener las tarifas de servicios como el precio de combustibles y de electricidad, reducir el costo de la canasta básica de mil 129 a mil 39 pesos y no subir el precio de la harina de maíz; esto último es importante, dado que de acuerdo con la página México, ¿cómo vamos?, en su apartado México. ¿Cómo vamos con los precios?, se menciona que entre los productos que más se han encarecido e incidido en la inflación está la tortilla de maíz -además de la carne de res, carne de pollo, huevo, leche pasteurizada y fresca, cebolla, vivienda propia, aceites y grasas vegetales comestible, gasolina de bajo octanaje, electricidad, loncherías, fondas torerías y taquerías, restaurantes y similares-.

Afortunadamente, según el último reporte de Banxico, la inflación anual se mantuvo en 8.70% en septiembre respecto al mes de agosto. Esta contención se debió sobre todo a la caída de los energéticos de 0.42% en las dos quincenas de septiembre, hablamos tanto del gas doméstico (-3.31%) como de la gasolina.

En consecuencia, se espera que en los próximos meses este Acuerdo termine por cumplir con las expectativas de disminuir la tasa de inflación por el lado de la oferta y se complemente con la política monetaria que sigue el Banco de México de bajar los precios por el lado de la demanda.

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Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes
 

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