Después de la caída tan pronunciada que registró la tasa de crecimiento de la producción nacional en 2020 a -8.5% (Inegi), era muy probable que el nivel general de precios aumentara significativamente, como no se había visto en los últimos gobiernos. Esta caída en la producción fue generada principalmente por la fuerte disminución de las actividades secundarias, que presentaron una tasa negativa de -10.2%, más los efectos de la pandemia y las consecuencias económicas de la guerra entre Rusia y Ucrania. Y es que, desde inicios de 2021, la tasa de inflación se fue alejando cada vez más del rango establecido por el Banco de México, ubicado entre 2% y 4% anual. De acuerdo con información proporcionada por el Inegi, la tasa inflacionaria empezó a crecer de manera paulatina hasta alcanzar el porcentaje más alto de 8.7% en septiembre del año pasado. A partir de entonces, comenzó a descender hasta llegar a la tasa de 6.85% en el mes pasado. Aun así, continúa ubicándose por encima de la tasa objetivo de 3% anual, fijado por el Banco de México. Bajo este escenario, es preciso preguntarse cuál ha sido el comportamiento de los precios, visto desde la óptica del productor.

Recordemos que el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) es el indicador de las tendencias inflacionarias desde el punto de la vista de la oferta, a diferencia del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que mide la inflación bajo el enfoque de la demanda. Cabe señalar que el INPP proporciona información sobre la evolución de los precios de los bienes intermedios y finales de la producción nacional. Por lo tanto, mide la variación de los precios de los productos vendidos por el sector empresarial una vez que los elabora. Inegi informó que la tasa mensual del índice se comportó a la baja en los meses donde la inflación por demanda fue la más alta. Entre agosto y noviembre del año pasado se ubicó entre -0.27% y 1.72% y en promedio de -0.26%. Mientras que, en este mismo periodo, la inflación por demanda subió a 8.4% en promedio. ¿Cómo explicar esta situación?

Cuando los precios de casi todos los bienes y servicios siguen subiendo y la población tiene más dinero para gastar, entonces va a demandar más productos y servicios y si la oferta de estos bienes y servicios en el mercado no aumenta o es la misma, los precios van a seguir incrementando, ya que la oferta no crece en la misma proporción que la demanda. Como el país venía de una caída en la producción en 2020, la oferta se contrajo y el nivel de precios por el lado de la oferta se mantuvo o disminuyó. No sucedió lo mismo con la demanda, pues al generarse una escasez de bienes y servicios, los precios siguieron aumentando por encima de la tasa objetivo. En estas condiciones, el Banco de México tuvo que aplicar una política monetaria restrictiva, consistente en incrementar las tasas de interés interbancarias a un día con el propósito de desplazar este exceso de demanda al ahorro y la inversión financiera. En consecuencia, busca nivelar la oferta con la demanda de bienes y servicios. En este contexto, podemos señalar que la inflación en los últimos dos años se puede explicar por el lado de la demanda más que por el lado de la oferta, como se comentó al comparar la inflación medida por el INPP y el INP.

Académico de la Universidad del Valle de México Campus Lomas Verdes

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