Sin duda uno de los indicadores clave para medir el desempeño de las finanzas públicas es la evolución que presenta la deuda pública federal. Se sabe que los otros dos componentes importantes son los ingresos y el gasto público. No obstante, vale la pena revisar cuál ha sido el manejo de la deuda desde que tomó posesión el gobierno de la 4T. En reiteradas ocasiones, hemos escuchado que su objetivo es no continuar endeudando más al país como lo hicieron los gobiernos anteriores encabezados por el PRI o el PAN. ¿Qué tan ciertas son esas declaraciones? Para aclararlo es importante revisar las cifras a cinco años de gobierno.

No olvidemos que la deuda es un mecanismo que tienen los gobiernos para financiar proyectos de inversión productiva pública o privada o ambas, con el objetivo de generar empleos, ingresos y riqueza. Sin embargo, cuando se utiliza de manera indiscriminada puede ocasionar severos problemas económicos y financieros que pueden poner en riesgo las metas de estabilidad y de crecimiento económico del país. Al respecto, al cuarto trimestre del primer año del gobierno, la deuda como porcentaje del PIB se ubicó en 43.9%. En el siguiente año la proporción aumentó a 47.6%. En 2021 subió a 48.5% y el año pasado bajó a 47.4%. ¿Lo anterior significa que aumentó la deuda? La respuesta es sí, ya que la deuda pública federal pasó de 11 billones 27 mil 395 millones de pesos a 14 billones 71 mil 997 millones en el último trimestre del año pasado, según cifras de la agrupación México ¿cómo vamos?

¿Cómo explicar este incremento? No perdamos de vista que la tendencia al alza de la deuda en los últimos años se debe a los constantes déficits primarios y, a la propia naturaleza de la deuda que ha terminado de poner en serios aprietos a las finanzas del gobierno federal. Esto obedece a que los ingresos públicos son menores a los gastos públicos o bien se gasta más de lo que se recauda. A manera de ejemplo, para este año los ingresos aprobados en la Ley de Ingresos son de 8 billones 229 mil 647 millones de pesos y el gasto neto total aprobado es por la misma cantidad, lo que habla de un presupuesto equilibrado. En caso de haber un saldo negativo, el gobierno tiene que apoyarse de endeudamiento público, en el uso de reservas en moneda extranjera o en la emisión de papel moneda. En cualquiera de los casos, el aumento constante e injustificado del gasto público en rubros como los gastos sociales, políticos o electorales, que no se convierten en activos públicos y que, además, al no estar respaldados por un aumento permanente en la misma proporción de los ingresos públicos, son una de las principales causas de los niveles de endeudamiento del país.

En estas condiciones esperemos que este último año el gobierno no termine por seguir endeudando al país y, de ser así, que sea en proyectos productivos rentables. Sería deseable también que los que están en curso, como el Tren Maya o la Refinería dos Bocas o ya terminados como el AIFA, no se conviertan en deuda pública de largo plazo.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes

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